Juego macabro

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Las Vegas, Nevada, 8 de enero de 1987


   Christian se subió al auto y me dejó esperando a que me abriera la puerta. En definitiva, no era un caballero, pero... ¡Demonios, sí que era sexy!

Cuando entré girándole los ojos por su poca amabilidad él se rió dándome una sonrisa de lado a lado.

—¿Qué pasa? ¿Alana Monroe no podía abrir su propia puerta? —Bromeó un poco mientras yo me acomodaba la coleta por detrás de los hombros.

—¡Oh, claro que puedo! Simplemente estaba analizando que tan cordial podría ser Christian Shannel...

   Chris no borró la sonrisa, extendió sus manos por entre mis piernas sin dejar de mirarme a los ojos mientras se acercaba a mi rostro, yo vibré por un momento cerrando los párpados. Pero Christian solo quería sacar unas mentas de la guantera del auto.

—¿Mentas? —Me ofreció. Me sentí como una idiota.

—¡Claro! —Le dije arrebatándole toda la caja.

—¡Y tú que dices que no soy cordial! —Se burló.

   Había algo en el que se me hacía extremadamente atractivo, más allá de su actitud relajada que me demostraba que no era un hombre perfecto. Y tampoco era su cara de ángel o su cuerpo escultural del que no puedo negar que si tenía curiosidad explorar. Él poseía algo especial, algo que no podía explicar, pero que me hizo sentir diferente desde que lo vi por primera vez. Era divertido, era despreocupado y era real.

—De haber sabido que estabas viva, jamás le hubiera dado asilo a Selena... ¿Porqué no me dijiste nada? ¿Cómo podías saber que sufría tu perdida y no tener el corazón para al menos llamarme?—Levantó la ceja con los manos en el volante y la mirada hacia el frente.

—Le diste más que asilo al parecer... "tu banano" según dijo tu hermano —Traté de continuar bromeando, una dosis de buen humor no me caería nada mal—. No podía exponerme, investigaba a Dominick y bueno... No estaba preparada, hay muchas cosas que aún no sabes de mi Chris. Y no te culpo por ahora tener una novia.

—¡Entiendo! Por cierto. ¿Selena te dijo que era mi novia? Porque no es así... quiero decir, si hemos tenido sexo un par de veces —Lo miré de manera irónica—. ¡Ok, muchas veces! No me quejo por eso, pero... no es nada serio más allá de una buena amistad.


—¿Y ella sabe eso? Porque parece empecinada en dar a entender lo contrario.

—No me gusta jugar con los sentimientos de nadie, Alana. Si Selena ha estado conmigo de ese modo es porque ella así lo ha querido, desde el principio fui sincero con que no busco nada serio.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora