El salón de Lilifer, Las Vegas, Nevada, 15 de enero de 1987
Luciendo nuestros trajes, los cuáles debo destacar eran dignos de causarle un ataque al corazón a cualquiera de los presentes, Melinda y yo salimos al escenario entre el humo y los neones, caminando de manera coordinada con paso seguro y fuerte, mientras la música se detuvo y nuestras botas altas podían escucharse rebotar en cada paso. Nos detuvimos al llegar al borde y dimos juntas un golpe con nuestros látigos en el suelo en medio del silencio, y la música volvió con bastante poder y ritmo mientras los hombres se levantaban de sus mesas aplaudiendo y silbando con fuerza.
Bajamos de la tarima tomadas de la mano y al llegar al público nos separamos.
—¡Al suelo! —Le grité a un hombre al azar. Él se lanzó de inmediato al piso y le dí un par de azotes—. ¡Camina! —Le ordené y se mostró muy sumiso.
A base de latigazos lo llevé gateando hasta una de las jaulas y lo encerré ahí.
Melinda comenzó el desorden tirando una mesa llena de vasos al suelo para tomar a sus dos atemorizados ocupantes por el cuello de las camisas.
—¡Recójanlo! —La obedecieron de inmediato.
Regresé al público dando miradas fortuitas en busca del rostro de Dominick, pero sin llegar a divisarlo entre tanta distorsión.
Me uní a Melinda quién se detuvo frente a una mesa de ocho y después de mirarnos con perversidad, ella atrapó un envase de alcohol que Austin le lanzó y lo vació entero sobre la comida y el mantel, mientras ellos miraban estupefactos. Alexis me lanzó una cajetilla de fósforos, la atrapé con sagacidad y saqué uno, encendiéndolo y mirando la flama con detención.
—¿Quieren saber que tan caliente estoy ahora mismo? —Los provoqué mientras me miraban con deseo—. ¡Así! —Les grité y lancé el fósforo sobre la mesa encendiéndola en llamas, haciendo que tuviesen que apartarse para no quemarse.
Les ordenamos lanzarse al suelo boca arriba, y caminamos con nuestras botas por encima de ellos, se quejaban, pero parecía gustarles. Una nueva ráfaga de aplausos comenzó ante nuestros actos.
Mel y yo volvimos al escenario mientras una lluvia de brillantina caía sobre los presentes haciéndolos básicamente alucinar con nuestra presentación. Y Austin se deshacía del fuego con un extintor.
Me arrodillé delante de Mel y ella me lanzó un latigazo que atrapé con la mano dándole un tirón para que cayera de rodillas junto a mí. Le pasé las manos por la cintura y subí hasta sus senos, los toqué de manera lujuriosa para darles más excitación a nuestros espectadores. La tomé por la garganta levantándole la cabeza y exponiendo sus prominentes labios, le pasé la lengua por el cuello y subí hasta tener su boca a centímetros de mí, tan cerca que la sentía respirar mientras la miraba a los ojos. Ambas apartamos las miradas enfocándonos en el público que esperaba algo más, pero ambas sabíamos que no ibamos a complacerles.
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La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]
RomanceAlana es seductora y peligrosa, no conoce límites, está decidida a destruir a cada hombre que se interponga en su camino. Ella buscará la venganza en contra de aquel que en realidad la hizo sufrir en cada rostro masculino que pase por su negocio. ¿Q...