Serpientes con labial

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Mansión Shannel, Las Vegas, Nevada, 20 de enero de 1987

Pov. Omnisciente.


  Austin despertó mirando a Alexis extrañado de no haberlo sentido llegar por la noche. Estaba tirado en la cama con un aspecto fatal, parecía muy cansado. Él iba a cubrirlo con la sábana para dejarlo dormir por un poco más de tiempo, se acercó a él para darle un beso de buenos días en la mejilla, pero no pudo evitar sentir un aroma diferente en su cuerpo, específicamente... El de Alana.

   Movió las cejas en señal de lo extraño que le parecía, pero decidió quitarle el abrigo que llevaba para que estuviese más cómodo, pero cuando intentó descubrir su torso él se dio cuenta de inmediato de las marcas del látigo en su piel.

Un nudo se atoró en su garganta, pero no fue capaz de despertarlo para hacerle alguna acusación sin tener algo contundente.


Pov. Alana.


   Yo dormí al menos una hora en toda esa noche, y desperté sintiéndome como si hubiese sido atropellada por un camión. Me dí una ducha, traté de disimular mi rostro de tragedia pintándome los labios usando delineador. Escogí un corto vestido rojo y bajé a buscar algo de desayunar para saciar el vacío que había en mi estómago.

   Mi cara de sorpresa fue épica cuando encontré a mis padres tomando el té con la bruja de Selena. Charlaban como si fuesen grandes amigos mientras ella les sonreía usando un vestido que la hacía lucir como si fuese una pulcra ama de casa.

—Papá, mamá... ¿Qué están haciendo? —Necesitaba una explicación lógica.

—Alana... ¡Estábamos esperándote! —Selena me habló como si fuésemos las mejores amigas sirviéndome una taza de té.

—¡Vaya, eso sí que no me lo esperaba! ¿Tiene veneno? —La confronté directamente.

   Mi madre pareció molestarse con mi actitud.

—¿Por qué la tratas así? La prometida del señor Shannel ha estado agasajándonos y ateniéndonos desde que nos mandaste aquí anoche. ¡Sé más amable con tus anfitriones! —Mi madre se dirigió a Selena—. ¡Así no fue como la eduqué! Te pido una disculpa.

—¿Su prometida? Hasta donde yo tengo entendido el señor Shannel es soltero. —Expuse su mentira.

—¿Lo es? —Me enseñó su anular con un anillo de compromiso bastante brillante.

   La noticia me cayó de golpe. ¿Christian le había propuesto matrimonio? ¿Cómo es que yo puedo ser tan ingenua?

—¡Felicidades! —le respondí en tono sarcástico —Parece que Christian estuvo ocupado anoche.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora