10.- Especial EunHae

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Aquella narración de su dulce a Hae había traído de regreso a la mente de HyukJae los recuerdos de aquellas primeras noches, de manera que para ese momento, mientras descansaba abrazado a su dormido pez y a la espera del amanecer, se dedicó a repe...

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Aquella narración de su dulce a Hae había traído de regreso a la mente de HyukJae los recuerdos de aquellas primeras noches, de manera que para ese momento, mientras descansaba abrazado a su dormido pez y a la espera del amanecer, se dedicó a repetir todas aquellas imágenes

Fue el mismo Leeteuk quien le platicó del exquisito humano peliblanco dispuesto a vender su excepcionalmente dulce sangre por una buena cantidad de dinero y el seguimiento a varias reglas. De igual manera fue él quien los presentó, en presencia al igual que siempre del protector de éste, y que acordaron los puntos claves de su intercambio, con los que HyukJae estuvo completamente de acuerdo.

Se alimentó en un par de ocasiones de él, sorprendido no solo por su delicioso sabor sino por las maneras de Heechul, cuyo erotismo añadía el toque perfecto a toda la reunión. Fue hasta la tercera vez que acudió a esa casa que lo vio:

Había un segundo olor dulce dentro de su hogar, aunque este parecía más ligero, como una fruta que no ha madurado del todo mientras que el olor de Heechul era la dulzura en su expresión más pura, como una fruta que estuviera a punto de caer del árbol.

El punto era que aquel olor lo intrigó, y más el ver al chiquillo al cual pertenecía. Donghae estaba en la sala cuando él ya se retiraba y se encontraron de frente, el humano peliblanco ladeó la cabeza al mirarlo, como un cachorrito curioso.

—Buenas noches —saludó con cortesía, sin embargo la sonrisa que le dedicó el chico lo hizo detenerse, sorprendido por la sinceridad que aparentaba.

Era extraño que un humano lo viera así, más uno que sabía lo que él era. Antes de que pudiera decir nada el chico se alejó de él, casi al mismo tiempo que Heechul pasaba a su lado para abrir la puerta, sin embargo Donghae se despidió de él con la mano antes de desaparecer tras una puerta.

Su mente quedó tan confundida que, antes de que pudiera reaccionar ya estaba fuera de la casa de Heechul sin posibilidad de hacer nada más.

Preguntó a Leeteuk e incluso a otras criaturas que también eran clientes de Heechul pero nadie podía darle razón de su joven amigo. Estuvo tentado a esperar fuera de la casa del peliblanco con la esperanza de volver a verlo, sin embargo la presencia de Hangeng lo persuadía de esto último.

Al final no pudo contenerse más y solicitó una nueva visita con el anfitrión de la casa, pues supuso que lo mejor era preguntarle directamente a él. Se sorprendió cuando su invitación fue aceptada con mucha más rapidez de lo usual, pues para entonces la lista de espera era larga.

Aquella noche fue curiosa, en primer lugar por los nervios que hasta entonces HyukJae jamás había sentido, al menos no desde que era humano, y que lo llevaron a esmerarse sobremanera en su apariencia sin terminar nunca de estar seguro en cómo se veía. En segundo lugar por la actitud de su anfitrión, pues en esa ocasión no podía percibir en Heechul nada de su coquetería usual, parecía más bien serio.

—No te esperaba tan pronto EunHyuk, —comentó "casualmente" el peliblanco mientras se sentaba en la cama, él permaneció de pie frente a él.

—Yo, quería preguntarte algo, —titubeó— es acerca del chico que vi la otra vez.

—Su nombre es Donghae, ¿qué hay con él?

—Donghae —repitió el nombre, como si lo saboreara.

Había algo curioso, aquella noche había vuelto a percibir su olor pero ahora era más profundo, como si el joven humano estuviera junto a ellos en la habitación, escuchando. Aquella idea solo lograba poner más nervioso a HyukJae.

—Yo solo, bueno, quería saber un poco más de él, quizá conocerlo...

—Él no ofrece los mismos servicios que yo, no está disponible en ese sentido.

Ante la interrupción tan abrupta, HyukJae estaba seguro que, de ser un humano, se hubiera sonrojado.

—No, no es por eso por lo que quisiera conocerlo, es solo que, solo...

Terminó por guardar silencio, aquella imagen había sido más sencilla en su cabeza, en realidad no tenía ninguna razón viable para conocer al joven humano, lo único en lo que pensaba era en volver a ver esa sonrisa sincera.

—¿Y si él no quiere conocerte? Recuerda que algunos de tu especie pueden llegar a ser aterradores para los humanos normales.

Aquellas palabras crearon una cierta molestia en HyukJae, pero con aquella sonrisa era imposible que Donghae le tuviera terror ¿no?

—Lo sé, yo solo pensé que podría conocerlo, hablar con él alguna vez. Pero si él me tuviera miedo no tendría mayor opción que jamás volver a verlo.

Heechul se le quedó viendo durante algunos instantes, quizá analizando su respuesta, luego de lo cual levantó tres dedos.

—Hay tres cosas que debes tener en consideración —sentenció.

—Te escucho.

—La primera es que él es como mi hermano menor, y como tal voy a defenderlo de cualquier cosa, no me importa lo poderoso o antiguo que seas, no dejaré que le hagas daño ni te perdonaré si lo intentas.

HyukJae asintió con la cabeza, aceptando aquello; en realidad le parecía tierna la actitud protectora del humano, al quien en un inicio había creído más bien frívolo.

—La segunda es que no confío en ti, y no lo tomes personal pero no confío en nadie en lo que respecta a mi dongsaeng; así que las veces que se vean deberá ser aquí en la casa, y tanto Hangeng como yo estaremos presentes, no en el mismo cuarto pero sí en la casa.

No, no le molestaba, incluso agradecía que Heechul cuidara así del pequeño, pues quién sabía que clase de criatura podía interesarse en él, y sabía de muy buena mano que había criaturas mucho más oscuras y malvadas.

—Y la última condición es que, aunque puedas verlo y charlar con él, si lo molestas o él ya no quiere volver a verte, tendrás que dejar la ciudad y no podrás volver a acercarte aquí. Esas son mis tres condiciones, ¿estás de acuerdo?

—Completamente, y te agradezco, —contestó HyukJae con formalidad.

Con el tiempo y conforme su relación con Donghae se profundizó, llegó a enterarse que Heechul había tenido una plática similar con el otro humano, con el tiempo fue descubriendo que, a pesar de su personalidad coqueta y despreocupada, era atento con quienes apreciaba y se preocupaba por ellos.

A fin de cuentas, Heechul también tenía su corazón, uno que no hacía mucho había resultado roto.

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Un pequeño regalito para las EunHae shippers, y el capítulo siguiente es igual :3

Espero lo estén disfrutando. 

Servicio Feérico (SiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora