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- Me alegra saber que estuviste ignorando a ese infeliz. -Habló mientras lavaba los platos, a su lado estaba la otra rosada haciendo la tarea de secarlos.

- La verdad, me da algo de pena... Una semana estuvo intentando hablar conmigo y yo apenas respondiendo con «si o no»... Creo que ahora no quiere ni dirigirme la mirada, ¿No cree usted que estoy siendo algo cruel...?

- Y sigues de idiota. -Bufó y dejó los platos- Amy, ¡que parte no entiendes de que es una mala persona! Si quieres ser utilizada por él, ve y hazlo. Yo te avisé. Además si terminas sin tu virginidad, ya nadie te querrá. Se considera que las mujeres prostitutas o putas son las que perdieron la virginidad antes de casarse con un hombre.

- ...¿Es decir que usted sería...?

- No me recuerdes, maleducada. -Apretó los dientes.

- Perdone, no quería faltarle el respeto...

Siguieron trabajando en un severo e incómodo silencio, hasta que de salvadora llegó otra mucama, comunicando que el Lord esperaba impaciente a Amy en su despacho.

Tragó saliva de una forma pesada y se secó un poco las manos, para dirigirse al lugar donde la solicitaron.

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El hombre la vió sentarse en silencio, con la mirada fija en ella.
Tenía el semblante quizás más serio de lo normal, y la miraba cómo si quisiera descifrarla.

- ¿Para qué me ha llamado, Lord? -Inició la conversación algo incómoda.

- Quiero que hablemos. ¿Qué le sucede conmigo? Parece como si ahora me odiara. ¿Podría explicarme? -Contestó directo mientras apoyaba mejor sus codos por el escritorio.

- No sé de qué habla, mi señor. Solamente estoy ocupando mi lugar como empleada doméstica.

- Me ha estado evitando, ignorando, usted no era así. ¿Es por el beso y lo que pasó después? Le recuerdo que fue usted la que me lo dió en primer lugar.

- No, no es por eso, mi Lord... -Desvió la mirada.

El cobalto hizo una mueca, ya algo exasperado, no la entendía y se desesperaba- Entonces dígame por qué.

- Estoy como he estado siempre, trabajando en mi lugar de mucama que usted me ha otorgado.

- ¿Por qué aclama tantas veces que es una mucama? -Arqueó una ceja- Ya sé eso perfectamente.

levantó los hombros- Solo quiero recordarlo...

- Mire, Señorita Amy. Soy el que da las órdenes aquí, ¿Correcto? -Comentó mientras se levantaba de su silla y comenzaba a caminar por el despacho, la rosada asintió- Usted no se va a ir hasta que, primero, me llame por mi nombre. Y segundo, hasta que me diga qué le está pasando.

- Pero, mi señor, yo...-

- Tengo todo el tiempo del mundo. Así que encantado puedo esperar horas y horas hasta saber. No me haga preguntarle a terceros por favor. -Se cruzó de brazos- Así que, ¿Qué le está sucediendo? -Repitió la pregunta.

La rosada bajó la vista jugando con sus dedos, hizo una mueca y luego de meditarlo por mucho...

- ¿Por qué le interesa tanto saber? ¿En qué le afecta a usted lo que yo piense o no?

El contrario ante tales preguntas, bastante repentinas, se sintió hasta atacado, odiaba que lo evitara
Sabía que ella solamente quería conseguir cambiar el tema, pero debía darle una respuesta, esto lo hizo fruncir el ceño.

El Lord ‹Sonamy›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora