Dos

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6:30 am

Bokuto despertó con un pie pegado a la mejilla.

Kazumi había vuelto a cambiarse a su cama durante la noche, puesto que aún no se acostumbra bien al hecho de tener que dormir sola.

Al principio, cuando ella aún era una recién nacida, se las había apañado con una pequeña cuna que compró con ayuda de sus amigos, pero ésta solo les sirvió hasta que Kazumi cumplió año y medio, pues la tela que sostenía el pequeño colchón se había desgarrado debido a su no muy buena calidad, por lo que pasaron a dormir juntos durante un tiempo. Luego de unas semanas a Bokuto comenzó a incomodarle el dormir con la niña prácticamente incrustada en sus costillas, así que al llegar la noche armaba un futón junto a la cama y ahí se acostaba, aunque su hija de todas formas se cambiaba durante el transcurso de la noche.

Se levantó con cuidado de no despertarla y la tapó con las sábanas, aún era temprano como para tenerla dando vueltas refunfuñando por ahí, tenía la mala maña de despertar de mal humor.

Fue a la cocina y observó con detenimiento el pizarrón en el cual tenía anotado las cosas que debía hacer ese día y la hora de éstas.

A las 9 am, debía ir a recoger su horario a la universidad y de paso, dejar los papeles que hacían falta para oficializar la inscripción de Kazumi en la guardería.

Le había preguntado a Kenma si podía cuidar a la pequeña mientras él hacía sus trámites, pues Kuroo tenía clases por la mañana y no estaría ahí, su facultad había comenzado las clases una semana antes a diferencia de la del teñido y la propia, que iniciaban la semana siguiente. Bokuto se sentía algo mal por hacer que su amigo se levantase más temprano de lo que acostumbraba, pero éste le insistió en que no debía preocuparse, cosa que le resultó extraña, pues nunca insistía sobre nada.

Encendió el televisor y colocó el canal de las noticias, pues le resultaba más fácil calcular el tiempo que tenía para hacer las cosas y no se atrasaba.

7:00 am

Después de limpiar el departamento, despertó a Kazumi, para entre sueños y reclamos lograr bañarla. La sentó en el mesón de la cocina americana y sirvió dos tazas de leche con chocolate, a la par que le preparaba un pan con mantequilla a su hija, él no había tomado desayuno, así que se sentó frente a ella e hizo uno para sí mismo.

Al terminar de comer, preparó una mochila con las cosas de la pequeña y guardó las suyas en un bolso, para partir rumbo al departamento de sus amigos.

— Hija, recuerda pórtate bien con el tío Kenma, ¿no hagas cosas que puedan ponerle mal, sí? — Era consciente de que existían situaciones que podían generarle ansiedad a Kenma, por lo que cuando comenzó a caminar y hablar, intentó explicarle a Kazumi, de manera que pudiese entender, (aún estaba muy pequeña para entender el peso de la palabra ansiedad) que había cosas que a su tío podían ponerle “mal”

— Sii, p'ometo po'tame bien — Respondió con una sonrisa.

— Intenta avisar al tío Kenma si tienes ganas de hacer pipí o algo.

La niña asintió y tomó la mano de su padre, para comenzar a subir las escaleras al segundo piso, ya que ahí se encontraba el departamento.

— Llegamos.

Golpeó la puerta y del otro lado se escuchó un quejido.

— ¡Buenos días! — Habló Bokuto con una gran sonrisa.

— Buenas — Murmuró Kenma mientras se estiraba.

— ¿Acabas de despertar?

— No — Miró a Kazumi y luego volvió a mirar al pelibicolor

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⏰ Última actualización: Feb 08, 2021 ⏰

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