CAPÍTULO 26: No puede haber segundo beso, ¿Verdad?

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Se abre el el elevador y veo a Luck parado frente a mi. Me levanto de inmediato y corro hasta él y lo abrazo.

- ¿Qué pasa mi pequeño saltamontes? - cuestiona acariciando mi cabeza y yo comienzo a llorar aún más.

- ¿Por qué el amor duele? - pregunto mientras lleno su pecho de lágrimas.

- El amor es como los días lluviosos. - dice y se separa para verme. - Cuando llueve puedes sentirte feliz pero a veces te sientes triste y lloras un poco. Sin embargo, no dejas de disfrutar la lluvia.

- No quiero que llueva. - digo y él sonríe.

- Llora lo que tengas que llorar y cuando no haya más lágrimas sal y deja que las gotas de lluvia llenen tu corazón y disfruta. - dice y yo lo vuelvo a abrazar.

- Te quiero Luck.

- También te quiero mi pequeño saltamontes. - dice y se despega de mí. - ¿Nos vamos?

- Si. - respondo y entro al auto.

Llegamos a mi casa y Luck me ayuda a meter las maletas. Al entrar me encuentro de frente con mi padre quien me abraza sin decir nada.

- Perdón. - dice en mi oído varios minutos después.

- ¿Por qué debería perdonarte?

- Por forzarte a casarte con ese hombre. - dice y yo niego.

- Haría lo que sea por ti papá, te amo. - digo y él comienza a llorar.

- ¿Qué te hizo ese hombre? - dice y se separa de mí mientras frunce el ceño.

- No fue todo su culpa, yo también me equivoqué y ambos salimos lastimados. - mi padre me mira y yo le doy una pequeña sonrisa.

- ¿Te quieres divorciar? - pregunta y realmente siento un nudo en la garganta.

No quiero renunciar a él, creo que no me había dado cuenta de eso hasta ahora.

- No te preocupes papá, deja que lo resolvamos primero. - respondo y él asiente.

Me despido de él con un abrazo y comienzo a subir las escaleras. Camino hasta mi habitación y al entrar me encuentro con mi madre sentada en la cama.

- ¿Ahora qué hiciste? - cuestiona y yo frunso el ceño. - No, no me digas. Escucha bien, pase lo que pase no pueden divorciarse.

La miro confundida y la verdad a veces me pregunto si en realidad soy su hija. Todo en mi le molesta, todo lo que hago para ella está mal, detesta todo lo que amo y en este caso le importa más su estúpida empresa que su propia hija.

- ¿De qué tienes miedo? ¿De perderlo todo? - la miro con furia. - ¿Te preocupa más tu economía que tu hija?

- Me preocupas, no quiero que cuando muramos vivas en la miseria. - responde y a mi se me sale una risa.

- Claro, harías todo por que no viva en la miseria que incluso me vendiste al mejor postor. - digo desafiante y ella niega.

- No te vendí. - responde.

- ¿Ah no? ¿Entonces cómo se le llama a esto? - cuestiono y ella se levanta de la cama.

- Un negocio donde todos salen beneficiados. - responde con arrogancia.

La miro sin creer que una madre pueda hacerle eso a su hija, ella me mira victoriosa y yo camino hacia el baño.

- ¿Qué harías si le pido a Harry que retire sus inversiones de la empresa? En lugar de eso podría crear una nueva empresa donde la beneficiaria sería solo yo. - la miro y ella frunce el ceño. - Así en un futuro no terminaré en la miseria, sin embargo, tú sí, mamá.

MATRIMONIO POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora