1 | drivers license

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Capítulo Único

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'Cause you said forever, now I drive alone past your street 》

Te sigo viendo a cada rincón al que conduzco.

Conseguí mi licencia para conducir la semana pasada, y he estado paseando, como siempre lo hablamos, a todos los lugares a los que planeábamos ir juntos algún día.

Juntos y libres.

He pasado por cada calle, y te pronuncias como un destello que es imposible ignorar.

Enciendo la radio para distraerme con alguna canción de moda estúpida, cualquier cosa para no pensar en ti. A veces surge el efecto contrario, podría jurar que escucho tu voz entre el tráfico y todo el ruido. A veces, mi imaginación se atreve demasiado y justo ahora, pienso que eres mi acompañante y eliges todas esas melodías plásticas que normalmente eludiría, pero un día que te sorprendí titubeando con timidez cada sílaba de You're Still The One, reduje mi papel a dejarte ser, a adorarte en ese estado tan puro de ti que tanto me fascinaba. Todo tu parecías un producto de mi imaginación, y yo no podía dejarte ir.

Hoy conduje llorando porque no estabas conmigo.

Pasé enfrente del cine donde nos conocimos y donde solías trabajar. Cuando invité a salir a esa chica morena nos vendiste las entradas, te burlaste por la película que habíamos elegido y le dijiste cínicamente "Siento mucho que este tipo sea tu cita esta noche, querida". Ella soltó una enorme carcajada, yo estaba jodidamente nervioso y solo pude rodar los ojos. Eras un completo fastidio.

Hoy les estás presentando esa linda chica rubia a tus padres en una cena especial. Apuesto a que usas ese traje azul cielo que tanto querías, ese que te dije que se vería genial en ti. También, apuesto a que tu padre te obligó a despintarte las uñas.

Parece que todo marcha muy bien para ti.

Me pregunto ingenuamente si aun te acuerdas de mí. Te veo de vez en cuando en la calle, pero nunca volteas a verme de nuevo. Pasas de largo junto con tus amigos. No me regresas los saludos. Es como si nunca nos hubiéramos conocido. Como si me hubieras borrado. Me pregunto si todavía cruzan por tu mente todos nuestros momentos.

La primera vez que hablamos, regresé al cine una semana después, únicamente para reclamarte tu estúpido comentario y solo te empezaste a reír de mí: "Relájate, solo le dije la verdad".

Seguí cuestionándote, quería saber qué te había hecho yo para arruinar mi oportunidad de conseguir una segunda cita. Tu solo seguías sirviendo palomitas mientras me escuchabas lloriquear, hacías un gran esfuerzo en aplicarme la ley del hielo, como un niño chiquito, te reías por mi desesperación. No fue hasta que se asomó tu jefe a preguntar por qué tanto alboroto conmigo que yo me detuve, observé como tu semblante burlón cambió a una terrible preocupación. Decidí irme cuanto antes, no quería que una simple broma te metiera en problemas o que perdieras el trabajo por mi culpa.

Caminé hacía la parada de autobús justo cuando ya había partido el último hacía casa. Típico de mí siempre tener tanta mala suerte. Faltaba una hora para que llegara el próximo bus que me llevaría a casa. En quince minutos terminaste tu turno, y te encontré en la parada. Justo donde te quería.

Por supuesto que me reconociste, pero para ti era más fácil admitir que no era así. Llamaste a casa, le avisaste a tu mamá que ibas en camino, que te habían obligado a salir un poco más tarde de lo usual. Después me llegó la indirecta: "Casi pierdo el trabajo por un idiota que no sabía que hacer con su tiempo, por eso se extendió el turno".

drivers license (larry au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora