Pride 🏆 Ayato Sakamaki 🐍🔞

🏆 12

Tn se sentó a horcajadas, provocando que la falda de su vestido se suba un poco, tomó el rostro del chico y lo besó. Ayato correspondió, colocando sus manos en su espalda para atraerla más contra él. Aquel beso se intensificó rápidamente, iniciando una lucha de lenguas y subiendo un poco la temperatura entre ambos. Él levantó más la falda de aquel vestido y llevó sus manos atrás, agarrándole el trasero a la chica.

– Me rompes la ropa y te mato –advirtió.

– Entonces quítate esta cosa tan...fina.

– Se llama "tanga", Loser –rió.

Ella se levantó y se quitó aquella prenda, dejándola a un lado en aquel diván, para luego volver a sentarse a horcajadas sobre él. El vampiro volvió a besarla, tomó las tiras del vestido y las bajó, para luego quitarle aquel brasier, dejándolo caer al suelo. Volvieron a separarse, y entonces él se quitó la chaqueta, la bufanda suelta que tenía alrededor del cuello y la camiseta; desabrochó sus pantalones y se movió un poco para poder bajarlos un poco junto a sus boxers, dejando libre su erección, tomó a aquella hermosa chica por la cintura y la sentó sobre su miembro, penetrándola. La fémina soltó un gemido, sujetándose de los hombros del contrario.

– A-Ayato~ ...Por mil demonios... –dejó escapar un suspiro. Él sonrió.

– Me encanta escucharte...Quiero que sólo gimas para mí, sólo mi nombre... –tomó su rostro con una mano, para obligarla a mirarlo.– No te atrevas a fijarte en otro que no sea yo, tú me perteneces a mí, y quien se atreva a enfrentarme lo haré sufrir y un río rojo carmín brotará de su cuello, mientras la intensidad aumenta del placer...dolor y pecado, pues ya nadie me puede juzgar. Sólo tienes que desearme a mí. Te voy a enseñar las veces que sean necesarias hasta que conozcas mi cuerpo. Siénteme con todo tu ser...Deséame con todo tu ser.

– Te deseo...Te deseo, Ayato... –lo abrazó por el cuello, moviendo ligeramente sus caderas.– Te pertenezco a ti...y tú a mí...

– Exacto, Oppai-onna –sonrió de lado.

– Te amo, Ayato.

– Te amo, Tn.

Volvieron a besarse, con la misma intensidad, pero también con ciertas gotas de amor en él. El pelirrojo comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, haciendo que su hermosa novia sobre él diese pequeños brincos; con una mano siguió sujetándola de la cintura, y la otra la llevó hacia uno de sus pechos, comenzando a mensajearlo y apretarlo. La rubia gemía, gemidos que se ahogaban en la boca de su novio, sintiendo aquel miembro entrar y salir de ella; se aferró a uno de los hombros de él, clavando sus uñas, y con la otra mano sujetó su rojizo cabello, tirando un poco de este.

Las estocadas se volvieron más rápidas y salvajes, hasta que ambos sintieron aquel choque eléctrico en sus espaldas, lo que avisaba que estaban muy cerca de terminar. Separaron sus bocas. La joven echó la cabeza hacia atrás y arqueó su espalda, soltando un sonoro gemido; mientras él imitaba aquel gesto con la cabeza y daba su último golpe, gruñendo con voz grabe y soltando toda su esencia dentro de ella, haciéndola sentir aquel líquido tibio en su interior. Se miraron, con una ligera capa de sudor cubriendo sus cuerpos y las respiraciones algo agitadas.

– A-Ayato... –murmuró. Él rió.

– Te ves sexy. Me gustan tus pechos –tomó aquellos y los apretó ligeramente. Ella gimió.

– ¿Bajamos a la fiesta?

– ¿Y si mejor nos vamos? Podemos divertirnos en otro lado.

– Me agrada más esa idea –la besó.– Vamos.