El pequeño Johnatan se preparaba junto a su familia para ir a la iglesia, aquella mañana nublada lo invitaba a volver a la cama pero él ya se encontraba frente al espejo peinando su cabello pelirrojo hacia arriba como si fuera un cantante de punk, su pequeño cuerpo ya estaba metido dentro de una camisa blanca y unos pantalones de vestir de color negro, sus zapatos le incomodaban y dolían sus pies, a él le gustaba andar con sus pequeñas zapatillas manchadas de barro pero siempre hacía enojar a sus padres, le gustaba jugar con sus amigos en la calle y no ir a la iglesia, le gustaba andar despeinado no con gel puesto en su pelo para estar arreglado.
-Sabes que papá y mamá no te dejarán ir así-Interrumpió James, su hermano mayor que estaba parado en el marco de la puerta, tan arreglado que parecía más bien un adulto.
-Yo también quiero ir desarreglada-Dijo Emily la más joven de los tres, estaba en un vestido blanco con volados que le llegaba a las rodillas y su cabello pelirrojo suelto cayéndole en los hombros pero su actitud cansada con una mano en su cintura.
-¿Por qué no le pedimos opinión a ellos?-Preguntó Johnatan haciendo que el muchacho pusiera los ojos en blanco-¡Mamá! ¡Papá!-Gritó Johnatan mientras bajaba las escaleras hacia la sala-¿Qué opinan de mi peinado? Soy como el tío Tansel.
-Hijo, ve ya arriba a peinarte como es debido, no puedes ir a la iglesia de esa forma y por enésima vez, no menciones al tío Tansel-Dijo su madre apurada que estaba atando su cabello pelirrojo como el de sus niños en un moño en la parte baja de la nuca, observando a Johnatan con una mano en su cintura.
El niño subió las escaleras muy lentamente decepcionado, volvió a su habitación documentando su figura en el espejo cansado porque peinó su cabello de la misma manera que su hermano mayor, todos los niños ya estaban bien vestidos y peinados, con los botones de la camisa hasta el cuello y en el caso de Emily, su vestido estaba alisado ya que la noche anterior la señora Harris, había planchado toda la ropa que iban a usar el día domingo para ir a la iglesia, como hacían siempre, ahora el pelirrojo se encontraba en el asiento de atrás del auto junto a sus hermanos pero molesto con sus manos en los bolsillos de sus pantalones de vestir, Emily iba en el medio y cada uno de los chicos del lado de la ventana, James y Emily iban callados mientras que el chico tarareaba una canción nublando su realidad porque buscaba formas en las nubes.
Él era el más creativo de sus hermanos, siempre creaba canciones en cualquier momento del día porque disfrutaba la música, las melodías venían a su mente porque sus padres no querían que cuando creciera se decidiera por una carrera artística, querían que fuera abogado como ellos en cambio ya le estaban buscando universidades, o un reconocido médico o tal vez un empresario pero deseaban y rezaban a todos los cielos, que no siguiera una carrera relacionada con el arte, por eso enviaron a todos sus hijos a una escuela que se especializaba en ciencias políticas y economía.
Una vez llegaron a la iglesia del pueblo, vieron una ola de niños pero adolescentes y adultos entrando a la parroquia eran los que más destacaban, la familia Harris había bajado del auto luego de que el padre de familia haya estacionado al frente, en el jardín de la iglesia el menor prestó atención porque había un hombre canoso terminando su cigarrillo, lo tiró al suelo y lo pisó para terminar de apagarlo, Johnatan se separó de la mano de su madre y fue hacia el lugar donde cayó el cigarrillo.
-Mira, Jamie, soy el señor Fisk-Exclamó Johnatan poniendo la colilla en sus labios.
-Johnny, deja eso-Dijo James sujetando su mano.
-Eres un amargado, igual que el señor Fisk.
-Solo...no te lleves cosas del piso a la boca.
El chico vio a su hermano tirar la colilla al suelo y pasarse la mano por el pantalón, ambos hermanos entraron junto a su familia, la familia Harris se sentó en los asientos del medio, Johnatan se pasó minutos escuchando la misa del día, el sacerdote hablaba de un versículo de la biblia que decía "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra", el muchacho se estaba durmiendo en su asiento cuando le llamó la atención que unos chicos más grandes que él se levantaban para irse de la aburrida misa que estaban dando.
Johnatan se levantó del asiento diciendo como excusa que iría al baño, cuando recorrió los pasillos para salir al patio de la iglesia buscando el baño, se escondió detrás de un muro observando como un espía a unos chicos que estaban charlando y sacaban de sus bolsillos, paquetes de cigarrillos y sus encendedores de distintos colores, Johnatan veía como exhalaban el humo y cómo algunos tosían en el proceso.
Usualmente copiaba lo que hacían los adolescentes, él solo quería tener un cigarrillo entre sus dientes y probar qué sabor tenía el humo, pensaba la cantidad de sabores que podía tener el humo pero metió las manos en sus bolsillos para dejarse de fantasías, sabía que el olor no era el mejor pero pensaba que tal vez, solo tal vez que el cigarrillo tenía sabor a chocolate y por eso la mayoría de los adultos fumaban. la mayoría de los adolescentes lo probaban a escondidas.
Johnatan quiso volver a la misa pero uno de sus cordones estaba desatado y lo pisó chocando de bruces contra el suelo y soltando un quejido, los adolescentes escondieron sus cigarrillos como si pudieran tapar el olor asfixiante, ahora el pelirrojo estaba rodeado de ellos, un chico lo ayudó a levantarse mientras otros le preguntaban que hacía por ahí, espiándolos, él solo contestó que buscaba el baño.
-Di la verdad, niño-Comentó uno de ellos.
-Está bien, me llamaba la atención-Dijo Johnatan enojado.
-¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes?
-Soy Johnny y tengo diez años.
-¿Quieres probar?-Preguntó uno de piel morena observando a Johnatan que tenía ambas manos en su cintura.
-Es un niño-Interrumpió otro.
-Tiene diez años, a esa edad comencé a fumar.
-Sí, quiero-Dijo el niño recibiendo el cigarrillo encendido, lo puso entre sus labios, imitó a los chicos más grandes, lanzando una tos con humo.
-Ya aprenderás.
Él no quería probar el cigarrillo solamente, él solo quería crecer más rápido, quería hacer lo que hacían los adultos, no quería jugar a la pelota con sus amigos, tampoco quería entretenerse con juguetes, él supo que a partir de ese día su entretenimiento serían los cigarrillos, siempre a escondidas, nunca en la luz del día, sabía que no era como el resto de su familia ni como ningún otro niño, él era un niño que quería crecer.
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Hundimiento
Teen FictionJohnatan Harris siempre se mostró como el chico despreocupado, divertido, siempre positivo pero eso solo es la superficie, en un largo viaje para encontrar autoestima y superar los obstáculos que le imponen las voces en su cabeza Johnatan trata de a...