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NarraTn
Todos íbamos en fila india para que no sospecharan. Cuando ya casi estábamos en la puerta de salida me choque con la Srta. Granada.
-Perdone, lo siento mucho.- me disculpé.
Sentí como Comodín tiraba de nuestras manos aún entrelazadas. Mire hacia delante y vi que nos habíamos quedado atrás. Antes de que a la Srta. Granada nos dijera lago corrimos en dirección a nuestros amigos.
-Esto es malo.- dijo preocupada Guppy al ver que nuestra salida estaba siendo bloqueada y poco a poco todos los guardias nos estaban rodeando.
-¡Era la única salida!- gritó mi hermana.
-No es la única.- dijimos Comodín y yo mientras señalábamos a una trampilla en el techo.
-¿Estáis locos?- nos preguntó Espagueti- ¿Como llegaremos ahí?
-Acapella haces flotar muebles ¿Puedes hacerlo con personas?- dije a mi amiga.
-Para llegar alto tengo que cantar muy abajo- dijo cantando unas notas muy graves. Que hicieron que algunos guardias flotaean y quedarán en forma de escalera.
Antes de que todos subieran ayude a Ruedas con mi telequinesis. Era la última en subir y cuando ya estaba a punto de llegar arriba del todo uno de los guardias movió su brazo e hizo que resbalara. Por suerte Comodín me agarró el brazo antes de caerme.
-Gracias- le dije mientras dejaba un tierno beso en su mejilla.
-No es nada.
-No dejes que nos sigan- pidió mi hermana a Acapella. Y ella dejo de cantar haciendo que todos los guardias se calleran. Corrimos hasta llegar a un pequeño vagón de tren.
-Espagueti las tarjetas.- dijo Comodín.
Comodín desbloqueo las puertas y todos entramos corriendo para sentarnos lo antes posible y así poder escapar. Me senté y a los pocos segundos Comodín se sentó a mi lado y pasó un brazo por mis hombros, haciendo que nos diéramos una especie de abrazo lateral.
-Bien hecho.- nos felicitó Missy- Si lo logramos.
-Pero el tranvía solo nos llevará afuera del campo de fuerza. Allí nos atraparán.- contestó Ruedas- ¡Miren, se están preparando!
-Sujetense- pedimos Missy y yo a la vez.
Comodín quiero su brazo de mis hombros y puso su mano en una barra a la misma vez que yo haciendo que quedarán entrelazadas. Sentí como mis mejillas se empezaban a poner rosadas por lo que me giré hasta que note que tenía otra vez mi color de piel natural. A pesar de eso ni el ni yo separamos las manos. No entendía porque me ponía nerviosa, el es mi mejor amigo de toda la vida no me tiene porque poner nerviosa. Creo que es guapo y eso, pero es mi mejor amigo. Si me gustase y se lo dijera, podría arruinar nuestra amistad. Acapella empezó a cantar grave haciendo que el tranvía volara. Cuando ya llevamos un rato subidos, A Capella empezó a hacer señas de que no tenía el control.
¡¡¡No tiene el control!!!- grité- ¡¡¡Nos vamos a estrellar contra ese edificio!!!!
-¡Yo me encargo!- dijo Espagueti.
Rompió el cristal con su puño. Sujetó una barra de metal de dentro y salió del vagón. Se sujetó a una farola y empezamos a dar vueltas. Vimos que su mano se iba soltando asi que la cubrimos con las nuestras para que no saliera volando. Aún así, se escapó pero logró sujetarse en el borde de la ventana rota. Missy y Rebobinar le sujetaron la mano. Después de un par de vueltas más se soltó de la farola y se metió denuevo en el vagón.
-Bueno, eso fue un desastre.- dijo Comodín.
-Estoy de acuerdo- añadí.
-¡Fue increíble!- chilló Rebobinar.
Derrepente el tren se empezó a mover bruscamente.
-Oigan...- dijo Acapella mientras hacía pausas para seguir cantando- Estoy quedándome... Sin...
-¡¡¡Aire!!!- grito irritado Comodín- Entendimos.-
-¿Qué hacemos?- preguntó Cambiacaras.
-A mi no me miren.- contestó Espagueti- Yo no puedo más.-
-Necesitamos donde escondernos...- dijo Missy
-Los heroicos están encerrados en la nave.,- añadió Adelantar.
-De hecho,- dije- no todos.
-¿Como sabes eso?- preguntó Comodín con un tono como el de un niño preguntando de donde vienen los bebes. Me dio mucha ternura.
-¡¡Es verdad!!- gritó mi hermana.
Nos acercamos a Ruedas para marcar la ubicación de casa de la abuela, pero entonces la nave se paró en seco.
-¿Tienen algo para la garganta?- preguntó con voz ronca.
Todos nos agarramos fuerte a las barras y a los asientos esperando una terrible caída.
-¿Porque no nos caemos?- preguntó Ruedas al borde del panico.
-¡Es Tn mirad!-me señaló Comodín.
Todos me miraron. Yo tenía los ojos cerrados y mis manos delante mío. Desprendía una luz verde. Mi cabello se puso verde. Y abrí los ojos. Estos también estaban verdes. No hice contacto visual con nadie para no desconcertante y no caernos. Nadie dijo nada con miedo a que dejará de sostener el tren con mi telequinesis. Todos me veian asombrados. Yo estaba orgullosa de mi trabajo. Cambié de rumbo hacia casa de mi abuela. Al llegar nos quedas junto a la glorieta con sus flores que tanto ama. Tubo suerte de que se aterrizar, sino me hubiera cargado todo su jardín.
-¡¿Que es ese ruido?!- preguntó mi abuela alterada mientras salía corriendo de su gran casa y unos miró sorprendida. Enseguida se dio cuenta de que Missy y yo estábamos ahí y rápidamente su cara paso a ser la de una abuela orgullosa de sus nietas.