Hinata y Kageyama llevaban 4 meses saliendo, seguían actuando igual frente a todo el equipo, ya que habían decidido no contárselo hasta estar ambos seguros de ello, y no es que dudaran de sus sentimientos ni de que los aceptarían, solo querían disfrutar de su relación solos por un tiempo más, el problema fue el viaje a Tokio, a la ida, todos se quedaron dormidos, ellos incluidos, pero en cuatro meses sus cuerpos ya se reconocían y habían quedado en una pose muy cómoda pero muy comprometedora, Hinata estaba en el regazo del más alto escondiendo la cabeza en su cuello, y Kageyama le abrazaba la cintura apoyándose en su cabeza.
Al cabo de una hora todos se fueron despertando y quedándose callados a la espera de que se despertaran y ver sus reacciones, sin embargo, lo que no se esperaran es que Hinata abriera los ojos viese a Kageyama y en vez de apartarse gritando, sonriera le diera un beso en el cuello y volviese a cerrar los ojos.
- ¿Ha-habéis visto esto?- tartamudeo Noya después de unos quince minutos de silencio
- S-sí, no se ha a-apartado, ni a gritado, ¿no estará enfermo o algo?- le siguió su bro, Tanaka igual de asombrado.
- Callaos y seguid esperando, todavía queda ver la reacción de Kageyama.- instó la mama del grupo, Sugawara.
Dicho y hecho, Kageyama se removió y abrió los ojos a la vez que Hinata, que se había despertado por el movimiento, lo primero que vieron fue los ojos del otro, y sin acordarse de donde estaban, acostumbrados a esta situación que ocurría todos los días es sus casas, ni percatarse de que todos sus compañeros les estaban mirando esperando los gritos de estos chicos tan escandalosos, se sonrieron y se dieron un beso lento, trasmitiendo amor y cariño, desafortunadamente tuvieron que separarse muy rápido al oír un grito, inmediatamente recordaron dónde se encontraban y se separaron rápidamente.
El grito fue de Nishinoya, que parecía apunto de desmayarse, Tanaka murmuraba por lo bajo apunto de un colapso nervioso, y Suga lloraba en el hombro de Daichi, alegando que sus cuervos crecían demasiado rápido, sin embargo todos se quedaron expectantes cuando Tsukishima intervino.
- Con que ya conseguiste reina ¿eh, Kageyama? ¿Cómo sucedió esto? o más bien ¿cuándo?- Preguntó con tono burlón megane-kun
- Mentiríamos si os dijéramos que no tenemos curiosidad, así que hablad, vamos.- tomo la palabra Suga.
- Pues veréis -comenzó la mandarina- , hace cuatro meses y medio, más o menos, Kageyama empezó a comportarse raro cuando estábamos a solas, me decía cosas bonitas, me hacía sonrojar y me tocaba muy levemente, es decir, se colocaba cerca de mi y pasaba su mano por mis hombros o rozaba su mano con la mía, y yo me ponía muy nervioso, pues para ese entonces ya sabía de mis sentimientos hacia él, un día me cito en el parque al que vamos a entrenar y yo decidí que me declararía, llegue y lo primero que hicimos ambos fue declararnos a la vez, nos sonrojamos, nos reímos durante una rato y me pidió ser su novio, yo acepté y nos quedamos el resto de la tarde acurrucados mirando al cielo y hablando entre nosotros, de eso hacen mañana cuatro meses, ¿Verdad, amor?- se dirigió sonriente a su novio que le miraba con una sonrisa enamorada recordando ese día.
- Sip,-respondió este- pensábamos contároslo dentro de poco y en otras circunstancias, pero queríamos disfrutar un poco más de nuestro tiempo de pareja sin que nadie lo supiese, pero supongo que ya da igual- de repente sus rostros se tornaron serios- lo hemos hablado, y nuestra relación no interferirá para nada en volleyball, en estos cuatro meses tuvimos una discusión muy seria que casi acaba con nuestra relación, y no afectó a la practica, así que no se preocupen por eso.
- No estábamos preocupados por eso, ¿Que pasó?- Se preocupó Daichi.
Hinata y Kageyama se miraron teniendo una charla silenciosa, Hinata no estaba seguro de poder hablar de eso, y respetó su decisión, Kageyama lo sentó en su regazo abrazándolo y le besó como muestra de que no había absolutamente ningún problema en que no quisiese hablar acerca de eso.
-Problemas,-tomó de nuevo la palabra el colocador- no os preocupéis.
Todos asintieron sin estar convencidos del todo y apoyaron su relación, para ese entonces, ya habían llegado al lugar dónde realizarían los partidos de práctica y el cambio radical que dio su comportamiento entre ellos al estar descubierto que eran pareja fue increíble, cada vez que veían que al otro se le bajaba un poco el animo se besaban para que no se rindiera, todo esto provocó que al tercer día, consiguiesen el ataque raro abriendo el pelirrojo los ojos, ese día no solo tuvieron un pico como de costumbre, sino que Hinata saltó encima de Kageyama para enroscar las piernas en su cintura y besarle con tanto ímpetu que se sonrojó incluso Akaashi, el armador del equipo con el que jugaban. Cuando se separaron, se podía notar el buen humor de ambos, sin duda había sido una semana maravillosa, su relación había sido aceptada por todos, su equipo se había consolidado y habían conseguido mejorar la técnica que los unió al principio.
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Hasta aquí llega este one-shot, espero que les haya gustado y muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí.
Ciao mis amores
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