Yo te elijo a ti (ZIAM)

Capítulo XLV

Un mes después...

Liam se encontraba sentado en el escritorio de su oficina, bebiendo la tercera taza de café del día. Estaba bastante cansado, pues la noche anterior casi no había podido dormir tras haber tenido más de una pesadilla. Agradecía que ya faltara poco para terminar, pues deseaba con ansias regresar a su bungalow y dormir.

Florencia, su asistente, entró a la oficina para dejar varios documentos importantes sobre su escritorio, los cuales eran reportes, balances y renovaciones de contratos para el personal. Liam, al ver la pila de hojas frente a él, suspiró. Estaba agotado.

—Señor Liam, ¿no sería mejor si tomara un energizante?

—Con café estoy bien. —sonrió. —¿Sólo falta esto?

—Sí, luego de eso podremos irnos.

—Gracias al cielo, estoy demasiado cansado.

—Mañana por la mañana habrá una junta con la agencia de publicidad. —informó. —Tienen varias propuestas para la temporada de verano, así que lo mejor será que descanse bien.

—¿No se puede cancelar?

—Lamento decirle que no... No tienen otra fecha.

—Bien, no importa. Procederé a leer esto. —respondió. —Gracias Florencia.

Florencia se retiró de la oficina, dejando a Liam solo nuevamente, al borde de un colapso por estrés. El castaño se dio fuerzas a sí mismo, pensando positivamente para no rendirse.

Liam, a pesar de que todavía no lograba adaptarse al 100% a su nueva vida en Italia, había progresado bastante. Al inicio había cometido varios errores que provocaron más de una molestia entre los trabajadores, sin embargo, logró superarse poco a poco, pidiéndole paciencia a sus colegas para su proceso de aprendizaje. Ningún cambio era sencillo.

Extrañaba mucho a Harry y Louis, sobre todo al último mencionado. Había trabajado junto a él varios años de su vida, habían inaugurado dos hoteles juntos en la ciudad de Londres; y ahora estaban separados. Sentía celos de su socio, Jake, pues había recibido muy buenos comentarios tanto de su desempeño como su persona por parte del ojiazul. Sólo esperaba que ambos no lo olvidaran.

Tras casi dos horas más de intenso trabajo, Liam había terminado todo su trabajo por ese día. Sonrió, satisfecho, y se levantó de su silla, dispuesto a coger sus cosas para volver a su hogar. En cuanto terminó de alistarse, salió del lugar y cerró la puerta tras él, despidiéndose de su asistente y los demás empleados administrativos.

Al llegar a su bungalow luego de algunos minutos de caminata, arrojó las llaves sobre uno de los sofás de la sala junto con su mochila. Se dirigió a su habitación, quitándose el saco de su traje y su corbata, dejándolos encima de la cama. Encendió la luz para obtener una mejor visión del lugar antes de que pudiera tropezar con algo, sin embargo, toda su atención fue puesta en un detalle que estaba sobre la mesa de noche.

Se acercó hasta el mueble ya mencionado y tomó el pequeño objeto que estaba allí, preguntándose cómo diablos había llegado hasta ese lugar. Era el oso polar de peluche que le había obsequiado a Zayn, diez años atrás. Lo acarició con las yemas de sus dedos mientras una bonita sonrisa llena de nostalgia se dibujaba en su rostro, su ex novio había conservado muy bien su regalo.

Escuchó los pasos de una persona tras él y giró su cuerpo de inmediato, sin siquiera tener tiempo para pensar en qué hacer con el intruso que había entrado a su casa. Sin embargo, al ver al sujeto que estaba frente a él, la expresión de su rostro cambió radicalmente, dejando caer el peluche que estaba entre sus manos. Era Zayn, su Zayn, el amor de su vida. Estaba ahí, sonriendo tímido, inseguro de acercarse al castaño.