Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LVI: No te debo una maldita cosa

En sus cinco años de Hogwarts, había visto entrar chicos y chicas de Hufflepuff y Ravenclaw a su sala común, en compañía de alguno de sus compañeros, por lo que la atención que recibió de estos al ver a Cedric Diggory entrar allí, fue algo que no esperaba. Los Slytherin solían ser discretos, hablar a voces, rumorear y sospechar. Solo los miraban hablando entre ellos mientras se hacían paso hasta donde se encontraban los amigos de la azabache, con quienes lo dejó mientras buscaba lo que necesitaría para pasar la noche con él.

Siendo la primera vez que visitaba el lugar, no pudo evitar mirar los alrededores un poco sorprendido por la diferencia que había con la sala común de Hufflepuff. El lugar parecía hecho para personas adineradas, con colores sobrios grises y verdes, y notables objetos de valor, incluyendo los muebles, aunque se abstuvo de comentar algo al respecto.

— Si alguna vez la buscas, su habitación es una de las del fondo, tiene su nombre en la puerta— le indicó Draco en cuanto Parkinson y Nott se fueron a sus respectivas habitaciones.

— ¿Vas a seguir durmiendo con ella? —le preguntó de manera directa evocando una risa en el rubio—. Sí, estoy enterado— exclamó antes de que rubio pudiera preguntarle acerca de que estaba hablando.

— Descuida, hoy mismo saco mis cosas— exclamó alzando las manos en modo de defensa.

— No debes preocuparte con este idiota— aseguró Maverick sin esperar que comenzaran a llevarse mal, era lo último que necesitaba su hermana—. No fue siquiera de tocarle un pelo cuando terminó contigo, menos ahora.

— Es mi mejor amiga, cometerías un grave error si le hicieras una escena de celos por mí— le advirtió antes de reírse y negar, dejando por dado el tema.

— Lo sé, cometí ese error cuando empezaba a gustarme— aceptó sonriendo mientras miraba el pasillo por el cual había desaparecido su novia, al estar demorándose más de lo que esperaba.

— ¡Cedric Diggory bienvenido a la familia! —le gritaron llamando su atención y divisar al pelirrojo entrar en la sala común en compañía de sus mejores amigos—. Tenía que verlo para creerlo, volviste con mi hermana.