ojeras negras ; dani ribba.

veintitrés.

23.

hoy era el día en el que Mauro iba a explotar el luna park. Ahora mismo se encontraba caminando a lo largo del escenario mientras veía las últimas cosas del audio.

Irina ayudaba a los audio y sonido, que verificaban que todo estuviese bien y que no exista un solo error.

— hmm, me parece que todo va bien pero el nivel que le están dando al autotune no me coincide con el nivel del micrófono y se distorsiona un poco. —hablaba, sonrio cuando el problema se solucionó y le dio las gracias a los técnicos de sonido cuando lo arreglaron.

—yo opino que Iri debería venir de vez en cuando para ayudarnos con la gira. —decía Sebastián mientras pasaba su brazo por los hombros de ella.

—no quiere la trola —contestó Mauro— se lo pedí en diez idiomas distintos y la pelotuda solo sabe decir no.

—vos y tus giras no van a ganar mis parciales así que cerrá el orto. —le contestó.

—¡duki! —lo llamaron— es hora de que vayas al camerino para que empieces a vestirte y arreglarte. Ustedes también chicos por favor, vamos caminando que en dos horas empieza esto.

se despidió de su hermano y sus amigos, y ella regresó al hotel junto con su familia para arreglarse.

todos estaban nerviosos, se podía decir que hasta más nerviosos que el propio Mauro. Sandra caminaba de un lado a otro apurando a sus hijas, Guillermo trataba de calmarla y Cande junto con Irina trataban de no perder la cordura ante los apuros de su madre.

cuando estuvieron listas, bajaron para tomar subir a la furgoneta que los llevaría devuelta al Luna Park. Les dieron sus pases especiales, y los guiaron através del largo pasillo hasta el camerino.

la habitación estaba repleta de gente, salían y entraban con cosas, Guillermo y Sandra enteraron, pero Irina se quedó afuera al lado de su hermana en lo que esperaban que hubiese menos gente.

—quiero que todos salgan por favor, únicamente quiero que queden familia y amigos los demás vamos afuera. —habló el organizador desde la puerta. Cuando los demás salieron, las dos chicas entraron.

—Irina —justo estaba por entrar pero se detuvo cuando escuchó que la llamaron, se giró y detrás de ella estaba Lucho.

se saludaron con cariño cómo siempre que se veían, Luciano o Luchito como casi todos los decían era amigo de su hermano y le tenía un cariño enorme. Mauro lo ha ido guiando el camino de la música, así que ella lo veía como su hermano menor.

—que grande que estás, pará de crecer. —decía mientras le desordenaba el cabello.

—hasta que te dejás ver, la última vez que nos vimos fue para el 24 de diciembre. —decía.

—ya sé perdóname me dejo consumir por la universidad loco, pero acá vine a verlos. —contestó y ambos rieron. Entró al camerino y sintió que se quedó dura en su lugar cuando vio quién estaba dentro.

parpadeó un par de veces cuando lo vio ahí hablando con uno de los amigos de su hermano.

hace mucho no lo veía, pero sin embargo nunca dejó de saber de él, en primer lugar porque se había convertido en una figura pública y porque además de eso seguía siendo amigo de su hermano y eso mismo los llevó a tener amigos en común más allá de los del colegio.

no había cambiando mucho, se veía más grande ya su rostro reflejaba la adultez aunque aún así había una que otra facción de niño. Seguía teniendo el arete en su nariz, y le seguía quedando igual de bien.

salió de su pensamientos y se fue hacia donde estaba su familia.