Emma observa a Gilda y esta le devuelve el gesto, concentrada en anotar mentalmente cada mínimo movimiento que la pelinaranja hacía.
Habían pasado 10 años desde que llegaron al mundo humano. Durante esa década, todos habían optado por seguir viviendo juntos en una mansión.
Pero conforme pasaron los años, los mayores decidieron independizarse. Comenzando con Don y Gilda, siguiendo con Nat y por últimos, Anna y Ray.
Empezando por esa mañana, Gilda y Emma habían decidido reunirse temprano a tomar un café antes de ir a la ahora, Mansión Grace a disfrutar del día.
Mientras tanto, Emma y Norman continuaban viviendo en la mansión junto a los más jóvenes. Y recientemente, habían formalizado su relación de noviazgo.
Tal acontecimiento fue una grata sorpresa para todos. Nadie creía que después de tantos años, Norman reuniría la valentía suficiente para declararse y además, tendría la suerte de ser correspondido.
Gilda estaba intrigada.
Emma siempre era muy puntual, pero esta vez llegó tarde. Entonces sacó sus conclusiones. Aunque ella era diligente, tenía una vida propia y ahora que salía con Norman, se había extendido un poco eso último.
Sí, el joven prodigio de cabello blanco lo había logrado con algo más que ser inteligente, atento y gentil.
Se había convertido en un empresario importante. " Todo es posible en este mundo ", decía. Ahora él salía con ella y eso era magnífico, de cierta forma.
Entonces, el gusano de la curiosidad le picó a Gilda.
Emma hablaba muy poco sobre su relación, de hecho casi nada. Se enteraron por Ray que ella y Norman estaban juntos, ella solía sonrojarse y reír de forma nerviosa antes de escapar de cualquier conversación que incluyera su nombre junto al del peliblanco.
No había mucho que se podía hacer con una chica tan experimentada. Por eso antes de llegar al café, Gilda pasó por un lugar. Buscaba algo que la ayudara a enterarse, cuando notó un par de impresiones. Era un local de revistas. No había escuchado de el, pero debía ser popular por el número de impresiones que vendían.
—Oh... ¿Desea leer algo, señorita?— comenta la dependiente.
—Sí. Algo sobre amor... ¿No tendrá algo sobre eso?— preguntó, fingiendo sobre emoción. —Algún tipo de revista de consejos y cosas por el estilo.
La chica sonrió. — Claro, actualmente es muy popular leer ese tipo de revistas. Sobre todo ahora que el más joven y codiciado empresario de Japón sale con alguien. Pero nadie sabe quién es... ¡Son muy populares!
Gilda rio junto a la chica antes de comprar un ejemplar.
Cuando llegaron a la mansión, sé tomó el tiempo necesario para leer su adquisición. Empezando por la portada.
¿Pros y contras de salir con un chico? Abrió la boca con una idea que apenas surgía en su cabeza. ¡Sí! ¡Así iba a enterarse de lo que sucedía en la relación de Emma! ¡Gilda, oh guapísima e inteligente Gilda!
Buscó a Emma, quién estaba leyendo tranquilamente unos libros en la sala de estar, como de costumbre. Sabía que la pelinaranja era curiosa por naturaleza, así que se acercó como quien no quiere la cosa antes de sentarse.
El día de hoy, era un viernes libre de trabajo para ambas, pero no para Norman.
—Emma. ¡¿Qué estás leyendo?!
—Encontré unos cuentos muy interesantes— respondió, enseñándole las portadas de algunos.
—Quiero leer algunos también— le dijo la peliverde, con entusiasmo.
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Los contras de salir con Norman
RandomGilda desea saber lo que Emma no cuenta y Norman jamás diría. Pero, cuando la oportunidad de la revista llega a sus manos la aprovecha sin dudarlo. ¿Tal vez eso le diga algo de su relación? ¿La pelinaranja va a escribir lo que quiere? © The Promise...