Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LXVII: Aceptar algo que no eres terminará por consumirte

Maldecía una y otra vez el momento en que creyó que podía ser feliz teniendo una relación publica con Diggory, en aquel momento todo parecía casi un sueño, uno del que terminó despertando de la peor manera posible. Aun amaba a aquel chico, pero lamentaba tener que obligarlo a compartir su vida con él, aun eran jóvenes, con solo unos meses de relación, no estaban preparados para decidir si querían pasar el resto de sus vidas juntos.

Aun si tuviera la esperanza de que fuera así, tendría que arrastrarlo a su familia, a aprender sus reglas, sus costumbres, y ser controlado por su padre al igual que intentaban controlarla. Ni siquiera quería imaginarse como sería tener hijos en bajo el manto de Maximiliann, la manera en que le quitarían a sus bebé de sus brazos para ser instruidos tal como habían hecho como cada miembro de su familia, como ella y sus hermanos. Se negaba a vivir como su madre, viendo a sus hijos siendo infelices y no hacer nada al respecto, y en su caso, teniendo a un esposo que le reprocharía cada segundo que la vida que llevaban era solo su culpa.

Las lágrimas se asomaron en el momento en que se encerró en su habitación y se lanzó a la cama con la cara escondida entre sus almohadas para amortiguar sus gritos. Sabía que no servía de nada gritar con rabia e impotencia, pero sino lo hacía, sentía que terminaría ahogándose con su propio dolor. Su padre había hecho la jugada final, y ya no tenía sentido seguir luchando contra la corriente como había hecho toda su vida. No cuando la vida de alguien a quien amaba estaba en juego.

Continúo gritando intentando olvidar hasta donde se encontraba, y no se detuvo ni siquiera cuando escuchó que llamaban a su puerta, no quería hablar con nadie de esa casa, y lo que menos necesitaba era a algún miembro de su familia reprochándole su llanto, su comportamiento, o exhortándole que era afortunada por ser una Selwyn, por más que quisiera desaparecer aquel hecho.

- Lynn, por favor, soy yo- escuchó en medio de su llanto, logrando que se levantara sin dejar de llorar para poder abrir la puerta y saltar a los brazos de su hermano en busca de algo de consuelo-. ¿Aun te duele? ¿volvió a maldecirte? ¿Qué fue lo que ocurrió?

- Lo odio- gritó sin dejar de llorar en su pecho como si en algún momento pudiera desaparecer en medio de sus lágrimas que se encontraban derramándose por la camisa azul de Maverick.