Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LXXIV: Sé que sentiste lo mismo

El silencio sepulcral se sentía casi anormal en el comedor en cuanto Lucius salió de allí. Ninguno de los seres mágicos de allí se atrevió a pronunciar palabra alguna al respecto, pero no eran necesarias, sus expresiones faciales hablaban por ellos. Elynne tuvo que sostener el brazo con fuerza de su mejor amigo para que no se parara de la mesa para replicarle a su padre por sus palabras.

— Hablaré con él— se levantó Narcissa de la mesa al ver el estado de su primogénito, sin poder creer que después de haberle advertido a su esposo que no sobrepasara ciertos límites, él la ignorara sin importarle—. Me disculpo por eso— le dijo a Elynne avergonzada logrando que la chica negara sin soltar a su mejor amigo.

— No ha hecho nada malo, Cissy, es solo la manera en que lo dijo— le aseguró la azabache provocando que el rubio le mirara de manera incrédula—. Por favor Draco, solo ha ofrecido su ayuda.

— Repítelo hasta que te lo creas — escupió el joven mago con rabia—. Ambos sabemos que esa no es la manera de ofrecer un favor, se le notaba en todo el rostro, él...

— Draco— intentó calmarlo su madre aun sabiendo que tenía la razón.

— Draco nada mamá, sabes que es así, que él nunca ofrecería un favor de gratis, todo lo contrario, su precio suele muy costoso— soltó quitándose la mano de la chica de encima—. No intentes defenderlo— le advirtió a la azabache.

— De acuerdo, puede que no tenga las mejores intenciones, no importa, ¿no confías en mí para saber que nunca caería en lo que sea que esté planeando? — le cuestionó aminorando la rabia del chico—. Sabes bien que no soy una idiota, ni inocente, pero, sobre todo, que sin importar que pase amo a Cedric, y nada vale siquiera pensar en engañarlo— intentó continuar tranquilizarlo, y sentirlo acomodarse frente a su plato que aún no había terminado—. Confía en mí.

— No quiero que te le acerques de nuevo— le pidió el rubio menos molesto al saber que ella tenía razón—. Lynn.

— No va a suceder nada, confórmate con saber eso— le respondió sin poder mentirle a su mejor amigo. Podía jurarle que no pasaría nada, que ni siquiera desearía a Lucius Malfoy en algún momento, pero no podía negar que ansiaba verlo de nuevo, escuchar su voz, su cuerpo se lo pedía a gritos, lo anhelaba, sin poder comprender porque se sentía de esa manera con el señor Malfoy—. Termina de comer, tenemos deberes por hacer, no te preocupes Cissy.