Segundo sueño.
Elizabeth seguía en la habitación blanca donde casi no entraba la luz del sol, lo que provocaba que fuera casi con una habitación más oscura que la noche.
Miraba lo que pasaba detrás de esa pequeña ventana, lo único que tenía para interactuar con los de afuera.
Personas que aunque estén encerradas en un hospital, podía salir e interactuar con otras personas, y no la viven encerrados en un cuarto con varios doctores que anda siempre a tu alrededor.
Y se fijó en aquel árbol localizado en el centro, y siempre rodeado de niños jugando, o personas leyendo o dibujando, pero cuál fue su sorpresa al ver que se encontraba el chico de piel morena, la piel que le calentaba y cubría a su piel palida, su complemento.
La chica se sorprendió mucho, cuando el joven la volteó a ver y le dió una tierna mirada, la soledad, culpabilidad, todos los sentimientos estuvieron a flor de piel hace tiempo, renacieron.
Las lágrimas empezaron a caer por su mejillas rosadas, la desesperación por saber que hacía ahí comenzó a reinar por todo su ser.
Quería salir y abrazarle para nunca soltarle.
La forma más viable a la salida era la puerta, y sin pensarlo dos veces agarro lo primero que tuvo al alcance, la adrenalina y la desesperación era lo que sentía, gritos retumbaron en la habitación, gritos que decían un nombre en específico:
"Tyler".
Pero veía que gente quería arruinar sus planes, entonces lo dejo ahí, y sin más se cerró la puerta con todo lo que pudiera evitar abrirla.
Todo lo que pudiera evitar hacerle daño.
Los doctores y enfermeros comenzaron a intentar abrirla, traían consigo varios sedantes, estaba en crisis la chica.
Sollozos se escucharon, la puerta se abrió, pero una luz empezó a brillar.
****
Tyler y Elizabeth caminaban tomados de la mano por las calles desoladas de algún lugar de Boone, las luces que presentaban que la noche ya había caído.
—Deberíamos hacer esto más seguido. ¿No lo creés?— la joven asintió mientras se aferraba más al brazo del joven.
Las noches eran hermosas para estos jóvenes.
Sonrió al recordar aquellos momentos.
La noche era hermosa en estos días, la verdad es que la chica se sentía algo sola, su hermana Helena, el mismo día se fue a otro país a continuar con sus estudios, la carrera de veterinaria era muy importante para ella, Elizabeth le deseaba lo mejor a su hermana, era lo único que suponía que tenía, sus padres se separaron cuando ambas eran algo chicas, se quedaron con su madre por desgracia murió en un trágico accidente, por el contrario no volvieron a saber nada de su padre.
La nostalgia se sintió en el aire, miro al cielo y vio que este estaba en las mismas pareciera que este también se sentía triste, no quería llorar en la calle, sabía muy bien que ella era muy frágil sentimentalmente, no quería que se dieran cuenta.
Apresuró los pasos hacia sus el departamento que le dió sus hermana y madre de regalo, las lágrimas empezaron a amenazar con salir.
Pero al estar tan concentrada en no llorar, choco con un joven de piel morena.
La joven cayó en en el pavimento mojado de las calles, las gotas de agua comenzaron a caer sobre sus rostro junto a esta las lágrimas.
—¿Estás bien? De-dejame ayudarte...—hablo el chico— To-toma mi... Mi mano.
Valla si que fue divertida esa noche.
Muy graciosa.
—¿Recuerdas la noche que te conocí?—prosiguio el chico— fue la más vergonzosa. No dormí nada pensando en que quizás te había hecho daño, que había dañada a una hermosa escultura.
La chica se sonrojo a más no poder esa noche la joven tampoco durmió muy bien.
Pensando en...
Sus ojos...
Su mirada...
Sus labios...
Su sonrisa...
Pensando en... Él.
Pero el sentimiento de la triste le comenzó a invadir, estaba confundida, no sabía el por qué.
Sus ojos se anclaron en un cartel que decía.
¿Seguirás en mentiras?
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Realidad de sueños.
Mystery / ThrillerElizabeth una joven con dos realidades. Una en la cual esta con los seres que más ama, su hermana, su novio, y en el exterior, dónde reinan los colores. La segunda en la cual esta encerrada, una habitación totalmente blanca, que aunque parezca como...