El Gato Que Nos Unió

Bueno esta historia surgió porque ayer me preguntaba como dos personas tan diferentes como Santana y Brittany pudieron llegar a ser amigas.
Así que divagando y pensando esta idea llego a mi imaginación.... Espero que les agrade
Dejen sus comentarios 😘

_________________

El frío matutino la despertó antes de que sonara el despertador, con los ojos casi cerrados se encaminó al cuarto de baño y abrió el grifo del agua caliente.

Después de un rato, Lord Tubbington comenzó a maullar insistentemente, y colocándose su bata de unicornios salió de la ducha para atender a su demandante mascota.

Sirvió un tazón de leche y un plato lleno de cereales, sin embargo, el gato solo bebió un sorbo de leche, olisqueó los cereales puso cara de asco.

- ¡Tubby!.- regañó al gato.- ¡Casi desayunas mejor que yo! Cómete los cereales o muere de hambre- la rubia se desesperó con su mascota - Seguro no comes porque tienes resaca... Te escuche de fiesta con tus amigos anoche

El gato la contempló desafiantemente y con hastío, hasta que ella recogió el tazón de leche del gato para meterlo al horno de microondas.

- Eres un horrible gato malcriado.- reclamó mientras esperaba a que la leche de su obeso gato estuviera caliente.- deberías ser más agradecido, ¡Imagínate que fueras el gato de esa chica que se sienta en matemáticas delante de mí, creo que se llama Berry! Seguro dormirías en el jardín y comerías sobras de comida a diario...

Miauuu...

El gato la contemplaba con sus enormes ojos arrepentidos, y comenzó a repagarse contra sus piernas.

- No, no trates de chantajearme, tú y yo sabemos que eres un grosero. ¡Imagina que el chico del cabello raro fuera tu dueño! estarías calvo por tantos experimentos que haría contigo... Ah, pero no valoras a la madre que tienes Tubby; cuido tu cabello, duermes en mi cama, tienes la casa para tí solo y ¡hasta te tejí un suéter!... Está bien, el suéter es horrendo, pero lo que cuenta es el amor. Mientras tú solo te dedicas a darme dolores de cabeza y te niegas a dejar el poker.

El horno emitió un chillido y ella sacó la humeante comida para depositarla en el piso de la cocina; el gato no se movió, permaneció pegado a sus piernas en actitud humilde.

- Come o se va a enfriar y no pienso calentarla de nuevo.- dijo la chica, pero el gato siguió igual; ella se inclinó y lo tomó entre sus brazos acurrucándolo contra su pecho.- Eres imposible, ¿sabías?.- le reclamó con una sonrisa.- Actúas como un marido, te quejas como un hijo y maúllas como un gato... qué demonios pasa contigo, ¿eh? Anda, come Tubby, que tengo que ir a la escuela... recuerda que ya se acabaron mis vacaciones... Esta es mi segunda semana en McKinley.

Ya liberado de su culpabilidad, el enorme gato cafe saltó de sus brazos al piso y corrió con ilusión hasta sumergir la cara en el plato de leche caliente.

Brittany se dedicó a arreglarse para un nuevo día en su escuela; preparó su mochila, peinó su cabello y finalmente estuvo lista.

- Pórtate bien, no salgas a la calle, no incendies la casa y no quiero nada de visitas indecorosas por parte de la gata de la señora Miles, ¡Eh!.- Advirtió con voz seria a un atento Lord Tubbington.- Regreso pronto, ¡Te amo!

Llegó a la escuela y se encaminó hacia su casillero.

- Buenos días Dave.- saludó ella a su vecino de casilleros y con el que compartía algunas clases.- ¿Cómo te va?

El chico solo la ignoró, Brittany agacho la mirada con tristeza. Había tenido la esperanza de que al entrar a una nueva escuela las cosas cambiarían, pero parecía que todo seguiría siendo como los años anteriores y nadie iba querer ser su amigo en la preparatoria.