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-Nunca borraré de mi mente esa noche.-Soltó Danna mirando a su mejor amiga con lágrimas en los ojos.-Esa noche lo perdí para siempre.
-¿Por qué no le dices quién eres? ¿Por qué no le dices que...? -En eso él hizo su entrada y ahí murió el tema.
-Danna, ¿tienes un momento?-Ella asintió caminando hacia él.
-Dime. ¿Estás bien? ¿necesitas algo? ¿te duele algo?-Jorge sonrió y asintió.
-Estoy bien Danna, no te preocupes tanto por mi.-Le sonrío.-Solo quería saber si podías darme un consejo.-La miró.
-¿Un consejo?-Preguntó sin entender.
-¿Crees que sería demasiado tiempo como para pedirle matrimonio a Gala?-Preguntó. Danna abrió sus ojos y al instante sintió su mundo derrumbarse, sus esperanzas se habían esfumado en ese momento.-¿Danna?-Preguntó al ver que no hablaba.
-Perdón.-Dijo intentando recobrar su postura.-¿Matrimonio dices?-Preguntó y Jorge sonrió asintiendo.
-Se que debe ser extraño porque como bien dices no recuerdo absolutamente a nadie de mi pasado, pero siento y se que Gala es el amor de mi vida. No creo que haya amado a nadie con la misma intensidad en la que amo a ella.-Danna asintió y bajo su mirada, cerró sus ojos e intentó contenerse. Eso era demasiado doloroso para ella. Gala y él se había conocido un mes después de él haber salido del hospital, llevaban solo tres meses y ya él se sentía así.
-Si la amas con todo tu corazón no veo el porqué no.-Dijo e intento sonreírle pero pareció más una mueca.
-¿Tu crees?-Preguntó y Danna asintió.
-Es un paso muy importante en tu vida Jorge, pero al escucharte tan convencido pues creo que ya está más que clara tu decisión.
-Gracias Danna.-La abrazó y le sonrió. Danna cerró sus ojos y decidió quedarse ahí por unos segundos. Lo necesitaba, de eso no había duda.
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Las semanas siguientes Jorge había organizado una fiesta para pedirle matrimonio a Gala.
-No puedo ir Álvaro.-Negó triste mientras veía a sus amigos arreglarse.
-Danna, has sido su mejor amiga en estos meses. Si no vas va a preguntar por ti, ¿qué le diremos?
-No sé.-Negó.-Inventen cualquier excusa, pero la realidad es que no puedo ver al amor de mi vida pedirle matrimonio a otra mujer.
-Todo esto está pasando por tu culpa.-Habló Miguel.-Permítenos decirle la verdad, ahí entenderá todo.
-No.-Negó.-Todos ustedes me juraron que no se lo dirían.-Les recordó.-Yo solo quiero que él sea feliz y que en algún momento recuerde que me amó. Sus amigos negaron porque sabían que no la harían cambiar de opinión.
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-¿Cómo de que no vendrá?-Preguntó Jorge al recibir a sus amigos.
-Se siente un poco mal.-Le excusó Miguel.-Pidió que la perdonara y que espera que Gala diga que si.-Sonrió. Jorge frunzo el ceño, pero aún así asintió.
Las horas pasaron y la hora de pedir su mano había llegado. La música se detuvo, las luces se hicieron presente y la chica ya estaba en medio del jardín, Jorge caminó hacia ella sonrió y la tomó de las manos.
-¿Qué pasa?-Preguntó apenada viendo a los invitados.
-Desde que te conocí en aquel restaurante no he dejado de pensar ni un segundo.-Le sonrío.-En cuánto tu mirada y la mía se encontraron me sentí enamorado por aquella mirada. Quiero decirte que eres la mujer que más amo en la vida Gala y con todo esto solo quiero preguntarte algo.-Hizo una pausa, sonrió y se arrodilló frente a ella sacando una pequeña caja color rosa.-¿Te quieres casar conmigo?-En eso Danna hizo su aparición, pero nadie la vio.-¿Qué dices amor?