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Llevaba ya una hora metida en el gimnasio. Después de las presentaciones de los miembros del equipo y 2 propuestas de matrimonio que me habían echo, y una más de agregado porque Yamaguchi se fue de chismoso y contó que era una atleta olímpica a viva voz, lo mire seria y se puso temblar del miedo, ya me las pagarás chismoso.

Se podía decir que no era tan desagradable como pensé que sería, ya que, estaba rodeada de hombres con mucha testosterona, pero al final me reí mucho, más de lo que suelo hacerlo y estas carcajadas sorpresivas que salían de mis labios eran consecuencia de las peleas entre dos personitas bastante contrarias una de la otra, me refería a Kageyama y Hinata, y vaya que su vibra era bastante distinta pero aún así congeniaban a la perfección.

Redirigi mi mirada al gimnasio y ahora mismo estaban jugando un partido de los cientos que han echo, y era impresionante ver como no se cansaban de practicar, aún que no podía opinar sobre practicar excesivamente porque yo podía ser igual e incluso peor. Lamentablemente era Doña Perfección y disciplina, si mis piernas pudieran correr a todas velocidad sin provocar alguna lesión, sería la más feliz en la faz de la tierra, pero la dura realidad era que si corría mucho, o me aparecían hongos en mis pies o generaba un desgaste muscular grave y no podía entrenar durante algunos días, cosa que me estresaba cuando ocurría porque uno de mis escapes de la realidad era entrenar felizmente mi disciplina.

Mis pensamientos sobre mi aburrida vida se vieron interrumpidos por la chillona voz del libero de equipo, me era estresante, pero también me daba ternura y era tener a Nishinoya diciéndome cada 10 minutos:

— ¿¡VISTE MI ROLLING THUNDER!? ¡NEZUKO- SAN! ¿¡LO VISTE, LO VISTE, LO VISTE!?— asenti ferozmente mientras aplaudía hacia la extraña hazaña que realizaba él pequeño chico. Tenia que felicitarlo porque era la única forma en que siguiera jugando, además se me hacía parecído a un pollito pidiendo comida a su madre.

El entrenador Ukai lo regañó, ya que, al buscar mi aprobación y felicitaciones  se desenfocaba mucho del partido. Shimizu se reía porque ahora Nishinoya la dejaría más tranquila con mi llegada, esta mujer era bastante maquiavélica si se lo proponía, la mire un poco y le dije que era mala conmigo, ella me abrazó por lo hombros y dijo que jamás sería maquiavélica hacia mi persona, hice un puchero mientras me negaba a aceptar sus palabras, al final me rendí antes sus encantos cuando en secreto me dio un dulce que tenia guardado en su bolsillo, era un snicker así que no me iba a negar en lo absoluto y la perdone antes de que me diera un gay panic nuevamente.

Luego de 1 hora más, el entrenador detuvo el entrenamiento para que los chicos tuvieran un descanso, me levanté junto con las botellas de agua y fui entregandola una a una, todos me agradecían, menos el rubio gigantón que me miro feo, me asusté ante su mirada y salí corriendo de allí antes de que me matara y enterrara mi cuerpo en algún fosa o basural, Tsukishima me daba miedo, en especial porque era demasiado alto y su sombra recubria a mi persona como un manto negro lleno de hostilidad.

Segui mi recorrido como la chica del agua y cuando llegue hasta Sugawara me detuvo para mirar mi camiseta y leer todo lo que decía en esta. Creo que fue mala idea ponerme esta polera, porque gritaba a los 4 vientos que era alguien relevante, me quedé estática mientras Sugawara seguía analizandome.

— ¿¡ TE PROMOCIONA LA BEBIDA ENERGÉTICA MÁS FAMOSA DEL MUNDO?!— chillo el peliblanco mientras seguía leyendo — Eres muy genial Nezuko-san— murmuró mientras seguía inspeccionando mi camiseta. Me sonroje un poquito, ya que Sugawara era muy guapo y que me dijera esas palabras hacia que me pusiera roja como una manzana.

Desvíe mi mirada antes de que mi senpai se diera cuenta que estaba teniendo un Hetero panic hacia su persona, pero en mi intento de ignorar al guapísimo chico mi mirada se encontro con una linda naranjita japonesa mirándome con sus cejas fruncidas hacia mi. Hinata se me hacía demasiado lindo, y desde ya, juro aquí y solemnemente que lo cuidaré de todo mal porque su energía era demasiado pura para este mundo cruel. Hinata era todo lo que yo no soy, y quizás nunca seré, con el poco tiempo que me encontraba aquí ya me había demostrado la calidad de ser humano que era, y era muy bueno para ser real. Aún que a veces era medio insistente, pero nada grave comparado a otras personas que conocido a lo largo de mi vida. Lo mire con una sonrisa mientras esperaba que dijera que quería, pero su comentario me dejo muy contenta:

In Solitary // Kageyama Tobio [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora