† Capítulo 27 †

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Shaw Harkness

― ¡Oye Shaw! ¡levántate idiota!― mi hermano menor agitó mi brazo para que despertara.

Abrí los ojos con dificultad, y limpié el hilo de baba que se deslizaba por mi mentón.

― Joder ¿Qué quieres? ― pregunté molesto.

― ¡Ya son las ocho de la noche, nos toca hacer guardia!

― Me cago en la puta madre ¡la alarma no sonó! ― refunfuñé.

― Pues creo que tu despertador se averió tío.

Me levanté de inmediato y me di una ducha, me vestí rápidamente, fui por mi arco y aljaba. Y por supuesto que también por mi mechero y cigarrillos y el principal que no podía faltar, mi walkie talkie.

― ¿Sean se ha ido hacia el helipuerto ya?

El menor asintió como respuesta.

―Bien entonces tú vigila el pasadizo. Yo vigilaré en dirección al lago, ya sabes lo que tienes que hacer.

Stevie ya estaba listo así que ganamos tiempo, salimos por la puerta trasera de la instalación y nos dividimos.

Crucé el cementerio hasta llegar al bosque, puse mi arco en el suelo para poder encender un cigarrillo.

Nuevamente lo levanté, estaría alerta para lo que fuera. Esta vez había traído más flechas de lo normal en mi aljaba por cualquier cosa.

Estaba a unos metros cerca del lago, disfrutando de la noche, de la luz de la luna y del aire puro.

Caminaba de un lado a otro disipando mi cigarrillo de tantas caladas.

Un crujido de ramas secas en los suelos me hizo exaltar. Inmediatamente me alerte y coloqué una flecha en mi arco listo para disparar.

Apunté hacia varios lados, hasta que la vi.

Bajé mi arco lentamente al saber que se trataba de  ella.

Me pregunté que carajos hacía divagando sola en el bosque a altas horas de la noche.

Se veía como una diosa con ese vestido de encaje, su cabello largo castaño ondulado danzaba al compás del viento, iba tan absorta en sus pensamientos, parecía que estaba poseída.

Me quedé en silencio observándola.

Anhelaba verla con su vestido de noche que con su hábito de novicia, ya que con su pijama revelaba más su curveado y escultural cuerpo.

Cerré mis ojos un momento y di un leve suspiro, no quería tener una erección en ese momento.

Se dirigió al lago y lo primero que hizo fue meter la punta de sus dedos de sus delicados pies. Me pareció algo muy gracioso, una pequeña sonrisa se me escapó de los labios.

Finalmente se sumergió al agua.

― ¿Pero qué haces? ― susurré para mí mismo frunciendo mi ceño.

Que no sea lo que estoy pensando.

Salió a la superficie para recobrar aire. Parecía disfrutar el agua.

Negué con mi cabeza.

Quizás solo salió a distraerse un poco, después de tantas cosas por las que estaba pasando, la comprendía.

Nuevamente se volvió a sumergir. No le di importancia, ella solo se relajaría y luego se iría a su celda, pensé.

Me giré para posicionarme en mi lugar y encendí otro cigarrillo.

Secretos Oscuros en Isolated TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora