Llámame La Murphy

Prólogo

A veces pienso que fue lo que hice para que mis padres cada vez tomen medidas con el tipo de conducta que llevó, a fin de cuentas fueron ellos quienes me criaron de esta forma.

señorita, su pasaporte por favor.

¿si?

¡su pasaporte!

Bueno aquí estoy, en el aeropuerto, para ir a mi próximo destino, ¿donde? no se. Mis padres dentro de los últimos 8 meses tomaron la decisión de sacarme de casa porque ya no podían conmigo, y no encontraron mejor forma que colocarme en institutos para señoritas, para así corregir sus errores.

Siendo honesta estoy consciente de todos mis actos, bueno casi todos. Pero lo único que busco de ellos es que sean padres, más que unas simples personas que tuvieron una hija, que se vieron obligados de darle todo, para que no le faltara, pero lo que les faltó darles fue un verdadero sentido de un hogar, un verdadero beso de buenas noches, en otras palabras el sentir de una familia real.

señorita Laurent, que disfrute su viaje y que tenga un buen día.

Fue lo último que escuche de la señorita que me estaba atendiendo, antes de caer en un shock por mi próximo destino. mis padres cada vez me querían más lejos de ellos, y creo que lo están consiguiendo.

Salí indignada del lugar, y en lo único en que pensaba en ese momento era que si me quieren lejos tendrán que hacer su mejor esfuerzo por qué no se van a deshacer de mi tan fácil.

Señorita, Murphy, señorita Murphy, escuchaba gritar a Nicholas. Un trabajador de mis padres, o como le dijo yo, mi niñera.

Que quieres Nicholas, quiero estar sola, mientras que caminaba hacia mi puerta de embarque.

La, por favor detente, solo quiero decirte unas palabras.

¡Que! mientras me daba media vueltas para escucharlo, donde inmediatamente sentí sus brazos envolverme.

Todo estará bien, ya verás que entenderán lo que buscas realmente de ellos.

Nicholas, es una de las pocas personas que logra entenderme, y fue quien realmente estuvo siempre para mi, a pesar de ser uno de los trabajadores de mis padres, fue quien realmente vio todo mi crecimiento, para mi es como el tío que jamás tuve. pero nunca podrá llenar el vacío que tengo, y me pregunto si ese vacío podrá ser llenado alguna vez.

Te llamaré cuando aterrice, le dije mientras que me soltaba de su abrazo. Desde que tengo 5 años que no me a visto llorar, y esta vez no será la excepción.

Lo estaré esperando, con la voz de esperanza que siempre tiene a la hora de hablar conmigo.

Me di media vuelta y seguí mi camino, mejor dicho, me fui hacia mi próximo destino. cuando me encontraba arriba del avión, algo presentía, y me decía a mi misma, ¡esta será la última vez vez que subirás a un avión sola! ¡la próxima, tendrás a alguien que te sostenga la mano!

¡Disculpa estas en mi asiento! me dice una voz masculina interrumpiendo mis pensamientos.

Llegue primero, le dije a la voz que estaba de pie en el pasillo del avión, sin mirar a su rostro.

Okey, sabes que no es de quien ha llegado primero, si no por quien pagó el asiento.

Habían cosas que detestaba, y una cosa era que me colocaran en el medio de dos personas o en el pasillo del avión, en momentos como estos solo me gusta mirar para afuera, y ver como el sol se refleja en las nubes, eso me calmaba lo bastante para olvidar que me iba, y que estaría en cerrada con un montón de chicas que quieren ser unas verdaderas "señoritas".

Estar sentada en medios de dos desconocidos me incomodaba sobre todo el hecho que no podría esconder mi rostro, y en el pasillo me encontraba a la vista de todos.

Eso no me importa, si quieres quejarte, ve con alguna azafata y que te cambie de asiento, por que yo no te daré el mío, dije mientras me colocaba mis audífonos y me acurrucaba en el asiento.

Luego de eso sentí como el sujeto se sentaba en el asiento junto a mi, y mientras tanto yo caigo en un sueño profundo.