El sol de la mañana en mis ojos me despertó a la mañana siguiente. Jalé la almohada sobre mi cabeza y traté de recordar por qué infiernos estaba en el suelo. Cuando oí que bajaban el sanitario todo regresó a mí. Me senté justo cuando se abrió la puerta del baño.
—Hola —le dije a Louis cuando regresó a la cama—. ¿Cómo te sientes?
Se encogió de hombros. —Bien, supongo. Me duele un poco la cabeza, pero no demasiado. Aunque me veo como si me hubiera golpeado un tren.
Sonreí. Se veía golpeado. Tenía un grande, feo, negro y púrpura hematoma que se extendía desde debajo de su venda en un lado de su frente y cubría parte de su mejilla, su ojo estaba hinchado. La sangre en la venda se había secado dejando una mancha de un profundo rojo oscuro.
—Ese es un feo hematoma, pero al menos la herida dejó de sangrar.
Asintió. —Sí. Hey, Harry, ¿estaría bien si uso tu ducha?
—Claro, hay toallas limpias en la gaveta.
—Gracias. —Se puso de pie y se estiró, y mi cerebro dejó de funcionar. Jesús, su cuerpo era perfecto.
Bien, casi perfecto.
Pude ver mejor las cicatrices esta vez y mi boca se quedó seca. Una larga y delgada línea rosa, obviamente de algún tipo de cirugía, iba bajo sus costillas por el medio de su abdomen hasta desaparecer bajo su ropa interior. Varias pequeñas cicatrices redondas dispersas en su abdomen y una más larga y fruncida que el resto, en un lado de su tórax. Pero la que captó mi atención fue una larga, ancha y dentada cicatriz que cruzaba su estómago. No podía ni siquiera imaginar qué podría haber hecho una cicatriz así, o la cantidad de dolor que pudo causar.
—¿Lograste ver suficiente?
La voz de Louis estaba llena de ira, y me di cuenta que lo estaba mirando fijamente. —Mierda, lo siento.
—Sí, bueno. No son muy lindas, ¿verdad?
Lo miré a la cara y atrapé un brillo de dolor tan profundo que me dolió verlo. Entonces regresó la máscara a su lugar y el dolor se fue como si nunca hubiera estado ahí. Aunque sabía que lo había visto, y me juré a mí mismo ayudar a sanar lo que fueran esas heridas que aún tenía.
—¿Qué te sucedió? —realmente no esperaba que contestara, pero tenía que preguntar. Miró al suelo un momento, y entrelazó sus dedos juntos.
—Me atacaron cinco tipos. —Él miró a su pecho. —La cicatriz grande es donde uno de ellos me cortó con un cuchillo de carnicero. La mayoría del resto es de las cirugías y esas cosas. Estuve en el hospital seis semanas. Eso fue hace nueve meses.
Se interrumpió y se frotó la cara con las manos, como si tratara de alejar los recuerdos. Regresando a la cama, apoyó sus codos en las rodillas y descansó su cabeza en sus palmas. Se veía tan perdido ahora, todo lo que quería era confortarlo. Me puse de pie y me senté a su lado. No se movió. Toqué su hombro y se estremeció pero no se alejó.
—Esto explica mucho. Lo siento. Debió ser horrible.
Giró su cabeza y me miró con esperanza y suspicacia luchando por ganar territorio en su expresión. —Sí, así fue. Pero no quiero hablar de eso.
Asentí. —Claro.
Mi mano aún descansaba en su hombro. Quería recorrer mi palma por su desnuda espalda y trazar con mis dedos su columna. Nada bueno podría salir de eso, así que me contuve. En lugar de eso toqué una línea de cicatriz blanca en su clavícula. Esa se veía más antigua que las anteriores.
—¿De qué es esta?
Él la vio, entonces su cara se volvió totalmente inexpresiva. —Accidente. Cuando era un niño. Voy a darme una ducha ahora. ¿Está bien?
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La canción olvidada (Larry Stylinson)
FanfictionAdaptación: Sí (junto con @youshouldstay). Autora: Ally Blue. Título original: La canción olvidada. Advertencias: Smut, relación homosexual, lenguaje vulgar/explícito. Todos los derechos a la autora.