Tengo mucho por decir. Quizá dure toda la noche escribiendo pero haré todo lo posible por concretar todas las ideas de mi cabeza delirante. No puedo decirte qué de todo esto es mentira, ni qué es verdad. Tampoco te daré fechas concretas. Lo siento tanto por eso, pero estoy dando mi mayor esfuerzo y mi último suspiro para contarlo todo.
Desde que JunMyeon me vió llegar a casa ese día, ese cinco de octubre, supo que tenía que contar algo. Lo supo porque me ofreció café y se sentó conmigo y se quedó en silencio mientras sobaba mi espalda. Tan sólo nos mirabamos con pena y en un acto de amor me miró a los ojos, como diciendo que estaba perdonado. Que iría con Dios.
Sólo bebí unos sorbos de café y lo solté todo. Lloré mucho, no había llorado tanto desde que era un niño. Mis lagrimas ardían y no podía parar, estaba tan avergonzado. Avergonzado por mis actos, por ti, por lo que pasó.
Esa noche dormí en el sofá de JunMyeon. Él permitió que me quedase ahí a pasar la noche, que disque no quería que hiciera nada malo. Pero no cabe duda que más mal yo no podía hacer. Me dejó mis pastillas al lado del sofá, pero nuevamente me negué a tomarlas. Te extrañaba mucho mi amor.
Al día siguiente sabía que debía de sufrir las consecuencias, así que JunMyeon me llevó a confesar lo ocurrido con las autoridades. ¿Acaso sabes lo mucho que me moría del miedo? Iba a estar solo ahí dentro por tanto tiempo y no podría verte más.
JunMyeon me dejó ahí, en ese lugar tan oscuro y no podía salir. Tenía miedo, mucho miedo. Mis ojos ardían de tanto llorar. Ahí es cuando te vi otra vez, afuera de la celda, sentado jugando con tu súeter de lana blanca. Tus mejías estaban rosas y tus ojos parecían dos medias lunas brillantes. Mi corazón se exaltó de la emoción y me acerqué a los barrotes, tú no te imutaste ni un poco. Estabas tan tranquilo y en paz. Quise tocarte pero no pude alcanzarte y tú te alejabas cada vez más. Entonces grité tu nombre amor mío pero con cada azote contra los barrotes tú llorabas y te fuiste. De nuevo.
Pero desde ese día llegabas a sentarte frente a mi celda, a veces con los juguetes que tu madre compraba para ti. Siempre le dije a Irene que cumpliera tus caprichos, pero ella simplemente no estaba lista para ser tu madre. Así que yo tenía que tomarla del cabello y golpearla hasta que me obedeciera, luego ella te cargaba junto a su bolsa y se iba de compras. Nunca fue una buena madre, ni una buena esposa para mí. Tú sí fuiste un buen hijo Han.
Cuando ella se iba y te dejaba conmigo tú cumplías sus obligaciones por ella. Tú me servías a mí, y no te oponías. Quizá porque no podías, quizá porque te gustaba. No lo sé, pero yo comencé a amarte y siempre quise que crecieras y me amaras también. Pero no se pudo, algún día tu cuerpo no iba a soportar, y lo siento mucho, pero ese día lo disfruté como nunca.
Irene se enteró apenas llegó a la casa y te vió tendido sangrando. Yo no dije mucho, ella solita entendió todo por la situación, por cómo nos encontró amor. Sólo sé que arrebató contra mí y comenzó a golpearme, ella gritaba que me odiaba por quitarle a su hijo, que nunca supo quererte, pero eras su hijo. Yo tenía que callarla, así que la maté. La maté y tuve que esconder su cuerpo, tuve que cargar con ella y esconderla. En cambio contigo amor, contigo todavía hice el amor otras veces más, pero no sabes cuánto me dolía cada vez que te tornabas más frío. Me eras tan indiferente. Me tratabas tan mal. Tu cuerpo ya no me daba calidad, y con dolor, tuve que tirarte en el mismo lugar que Irene. Justo a las afueras de la ciudad, en el campo que ambos amaban.
¡Apesar de eso volviste aquí amor! Estuviste un mes tras esos barrotes, un mes, un mes, un mes. Fui feliz incluso en la miseria, ese mes. Pero nunca me hablaste, quizá por enojo de haberte dejado. De tirar tu cuerpo, me lo debí haber quedado, no lo sé.
De igual forma, hice bien en tirar el cuerpo de Irene porque su familia pensaba que ella había huído de casa con algún amante, pues todos sabían que ella no quería estar con nosotros, dudaban del amor que te tenía. Nadie la buscó, nadie. Sólo se dieron cuenta cuando unos corredores encontraron el cuerpo de Irene en el campo, pero para ese tiempo ya había escapado. Ya estaba lejos y sólo regresé porque la culpa me carcomía el alma, yo nunca he sido malo.JunMyeon sabía todo lo que le conté esa noche, o tal vez llegó a imaginarlo. Él siempre estuvo al tanto de las noticias desde que encontraron el cuerpo de tu madre y después el tuyo. Pero no sé por qué me recibió con tanto amor en su casa o así lo recuerdo. Prefiero pensar hasta hoy que así fue.
Hoy ya son finales de diciembre y he decidido, después de tanto tiempo pensándote, de analizar cada cosa que sucedió y cómo es que en vida no estaremos juntos, decido ir contigo amor mío. Lo preparé todo, he acomodado mis cosas de la celda, y me encargué de comer y beber bien (como si eso fuese posible en un lugar como la cárcel) para poder estar contigo pronto.
Dios ampare mi alma para que pueda estar con la tuya.
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Testimonio >>> HunHan
Short StoryPreso de la locura y del dolor, SeHun no sabe qué hizo mal. ⋆Historia corta, parte única. ⋆Mención de violación, incesto y asesinato. Hermoso cover hecho por @BlodyWhite ❣️