𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞
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En aquella antigua tienda de televisiones se encontraban dos siluetas frente a otra, pero ambos con un solo objetivo en mente mientras observaban a su contrincante con arrogancia y confianza.
GANAR
—Bueno, cariño—empezó la rubia mientras estiraba su voluptuoso cuerpo a su costado en forma de estiramiento antes de la batalla—¿Listo para comer el polvo?
—Linda, eso debería preguntártelo a ti—contestó el más pequeño de estatura mientras se retiraba aquel saco color marino y lo dejaba colgado en el barandal de las escaleras que se encontraba detrás de él.
—Me gustaría comer otra cosa, si me lo preguntas—la femenina respondió coqueta mientras con su lujuriosa mirada recorría lentamente de cabeza a pies al joven.
—Tal vez algún día acepte tu propuesta—se tronó los dedos el oji-verde mientras tomaba una posición de ataque, siendo imitado por la rubia.
Bastó solo un pestañeo de parte de ambos para dar inicio a la matanza, donde ninguno tenía planeado saborear la derrota. Pero alguno deberá de hacerlo en contra de su voluntad.
El pelinegro desaparecía y se movía con maestría por los alrededores de la rubia, todos esos años de experiencia sobreviviendo en aquella organización de mierda le había enseñado a sobrevivir y luchar con todo lo que tenía, aún si había misiones fáciles, él siempre se esforzaba en destrozar a su presa y hacerla suplicar por misericordia.
La mujer evitaba y acertaba golpes en el ligero rostro del menor con una fuerza descomunal de una mujer, aquella chica sabía los puntos débiles del cuerpo humano y usaba su gran inteligencia a su favor. Ninguna persona que se había atrevido a posar su mirada en ella había salido ileso, en aspecto amoroso o físico. Los cerdos rodeaban las calles como plagas y ella mejor que nadie sabía lo que era vivir en una época donde mujeres como ella eran tomadas como un simple pedazo de carne u objeto para satisfacer la necesidad carnal de los hombre, nunca fue sumisa y jamás había mostrado respeto a personas que no lo merecieran. Ella sabía sobrevivir, luchar y derrotar a cualquier persona habitante en la tierra, así había sido siempre y así seguirá hasta que el ultimo aliento se escape de su cuerpo.
Los minutos se convirtieron en horas, ambos se habían ganado el respeto del otro sin considerarlo. Ambos habían sufrido, llorado y aprendido a que este mundo era demasiado egoísta para arrastrarlos a los monstruos que eran ahora.
Con un movimiento felino de la hermosa rubia, el pelinegro golpeó su espalda en la dureza del concreto y sintió un peso extra sobre su vientre, siendo testigo del brillo divertido que la sensual femenina le ofrecía.
—¿podríamos decir que gané?—la mujer tomó una postura mucho más cómoda mientras su cuerpo seguía evadiendo el espacio personal del contrario
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𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"
Sonstiges"𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑏𝑟𝑎𝑧𝑜𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑑í𝑎𝑠, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝑣𝑒𝑎𝑠 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑦 𝑠𝑒𝑝𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑖𝑡𝑜... 𝐸𝑠 𝑎 𝑡𝑢 𝑙𝑎𝑑𝑜". ♡ ➳ 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐭...