Te amare pase lo que pase (Asuka x shinji)

Cap 8: viviendo juntos.

Posdata, Shinji.

Habían pasado una semana, una maldita semana desde que su mundo se puso de cabeza. Primero tendría que aguantar el acoso de los estudiantes masculinos porque, según ellos, "estaban saliendo con la chica más hermosa de la escuela". Lo segundo era que Asuka se había vuelto muy buena amiga de Hikari. En sí, no era eso lo malo; le alegraba que la presidenta tuviera a alguien aparte de ellos con quien conversar. Lo malo era cuando él y Asuka se quedaban solos; ahí empezaba su purgatorio personal. Ya me he olvidado cuántas veces me ha llamado idiota, pervertido y otros insultos en alemán. Al principio intentaba ignorarla, pero Asuka era de esas chicas a las que no les gusta ser ignoradas. Ya me estoy cansando de todo este abuso. La próxima la pondré en su lugar. Alzando el puño en alto, victorioso de que en poco tiempo se libraría de uno de sus problemas.

**Hora de almuerzo.**

"¡Vamos, vuelve a contradecirme, idiota! La alemana tenía al joven en una llave de lucha. Vamos, te reto a decírmelo en mi cara".

"Está bien, lo siento, pero enserio tú también debes parar con el abuso".

"¿Enserio crees que me importa algo de lo que dice? Apretando más fuerte el cuello de Shinji, no lo soltó hasta que él empezó a ponerse morado, señal de que le faltaba oxígeno".

"Haa, ha, haa. Empezó a jadear el pobre pelinegro. No sé por qué me odias, que yo recuerde nunca te he hecho nada".

Asuka simplemente lo miró con desprecio, agarrando firmemente el cuello de la camisa de Shinji. "Escúchame, pedazo de excusa de hombre". Empujando fuertemente el cuerpo de Shinji contra la pared. "Tu sola existencia me produce náuseas, simplemente eres un piloto de Eva porque eres el niño especial de Papi, el cual quería tener un juguete nuevo".

"¿Enserio crees eso de mí?". Su voz era peligrosamente baja, apenas audible para los oídos de la pelirroja. Shinji ya estaba en su punto máximo. "Eres una...". Su voz fue silenciada por las potentes alarmas. "¿Qué está pasando?".

<Atención, estado de emergencia nivel 1, se recomienda que todos los civiles busquen el búnker más cercano, repito, esto no es un simulacro.>

"Vamos, idiota". Agarrando fuertemente el brazo del pobre pelinegro, lo arrastró como si fuera un muñeco de trapo.

**Dentro del GeoFron.**

"Maldita sea, ¿dónde están esos niños?".

"Capitán, según los reportes de Magui, el Ángel estará cerca de las costas en unos 45 minutos".

"Ya lo sé, Shigeru. Ojalá lleguen rápido". Rascándose frenéticamente la cabeza. "Ritsuko, dime qué sabes, ¿dónde están?"

"En estos momentos están usando uno de los túneles secretos". Tecleando en su computadora unos cuantos códigos. Magui estima que llegarán a tiempo.

"Ojalá eso sea cierto, la ciudad no está preparada para un ataque". Mordiendo frenéticamente su dedo. Por suerte para ellos, el comandante no estaba en la base.

Mientras tanto, dentro de un tren en los túneles, una pelirroja miraba fuertemente a un pelinegro que no podía ni mirarla directamente.

"Si me retrasas en el combate, te mataré". Sus ojos clavados en la figura del pelinegro.

"No sé por qué me odias tanto".

"Es porque no has ganado mi respeto. Entrecerrando los ojos. Para mí, no eres más que carne de cañón, un objeto reemplazable sin ningún valor".

"Hablas como si tú tampoco lo...". Sus palabras fueron detenidas por un fuerte apretón en su cuello.

"Escúchame, tercero". Esta vez las palabras de la pelirroja fueron cortadas, porque de un rápido movimiento Shinji la amordazó debajo de él, con las manos en alto. Debió admitir que la sorprendió. "Y ahora, ¿qué harás, niño de Papi? ¿Vas a violarme?". Sus palabras salieron con un leve tono de diversión. A pesar de conocerlo por tan poco tiempo, sabía que él nunca podría hacerle daño a nadie. "O ya veo, no eres lo suficientemente valiente para hacerlo, a pesar de que lo deseas. ¿No es cierto? Todos los hombres son unos asquerosos pervertidos que harán lo que sea por que una mujer les abra las piernas". Acercándose al rostro de Shinji y escupiéndole en la cara. Si no vas a ser nada, suéltame de una vez.