Amor de cuarentena

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¿En qué me equivoqué? Esa es la primera pregunta que siempre venía a mi mente cada que algo terminaba, en especial me lo preguntaba en cada relación que llegaba a su fin. Hoy por hoy, esa pregunta fue sustituida por otra con un enfoque diferente: ¿Cuál es la lección?

Una vez que me recuperé de mi lesión, regresé al gimnasio y en lugar de que mi última decepción por Andrea me hundiera, la utilicé como motivación. Pensaba en ella cada que subía a la caminadora y trotaba un poco, mi dolor junto con todo aquel pensamiento que me torturaba lo transformaba en fuerza.

No culpo a Andrea, muchas personas pasamos por lo mismo, creemos saber lo que queremos y nos convencemos de ello, pero al final no funciona. Ella estaba muy fragmentada y yo podía apoyarla, estar para ella y jugar un papel importante en la reconstrucción de sus sentimientos, pero solo podía hacer eso, no más. Nadie tiene la capacidad de "reparar" a una persona, menos si esa persona no lo permite.

Pasaron días, las vacaciones llegaron y la navidad se acercaba, una época que me gusta mucho pero a la vez me trae un sabor un tanto amargo.

Uno de esos días, decidí subir una historia en instagram preguntando "¿qué fue lo peor que sus ex les habían hecho?" y entonces un rato después miré las respuestas...

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Hace un tiempo, había tres chicas que eran amigas y su amistad era tan grande que prometieron que si tenían una hija, cada una le pondría de nombre "Mariana".

Pasó el tiempo y por azares del destino se separaron, fue hasta muchos años después que volvieron a encontrarse. Curiosamente dos de ellas habían tenido dos niñas, mientras que la otra había tenido dos niñas y un niño. Las hijas menores de cada una de ellas, llevaban el nombre que habían pactado como símbolo de amistad, excepto yo... Es decir mi mamá era una de esas niñas pero ni mi hermana ni yo llevábamos ese nombre, yo tengo otro.

Cuando tenía más o menos 7 u 8 años, recuerdo que era navidad y mi mamá me dijo que iríamos a visitar a una antigua amiga suya. Tengo recuerdos vagos sobre esa ocasión, pero fue la primera vez que conocí a sus hijos, al mayor le decían Neto, a la mediana Fanny y la más chica, bueno ya saben, Mariana. La última era un año menor que yo y la primera vez no la vi más que unos cuantos minutos porque se sentía mal del estómago, creo...

La siguiente ocasión que volvimos a vernos, ahora sí la conocí más allá que de vista y como las niñas que éramos, jugamos y hablamos cosas que se supone que hablas de niña. Recuerdo que jugábamos con muñecas y en una ocasión estuvimos un buen rato jugando videojuegos con las máquinas de ese tiempo, de tableros con palancas y botones circulares de colores.

Cuando ella cumplió quince años, nos invitaron a su fiesta y como es normal en mí, estaba nerviosa porque en ese tiempo ya tenía la conciencia de que me gustaba, o sea desde niña pero la inocencia aún no me dejaba descubrirlo como tal. Y así pasaron pocas ocasiones más en las que su familia y la mía se encontraron, pero nada interesante pasó hasta que llegó navidad del 2019.

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... aquella respuesta fue nada más y nada menos que de Marina Andalón, contándome un poco sobre lo que su ex había hecho. Fue entonces cuando inicié una conversación con ella y yo pensé que su ex era un chico pero al final me dejó confundida porque, al yo también contarle sobre mi tóxica ex, ella dijo algo así como "qué controladas nos tenían esas mujeres". Tal vez quiso expresar otra cosa y quedé confundida.

Los amores que nunca tuveWhere stories live. Discover now