CAPITULO II

36 3 2
                                    

Minhyuk era algo débil, cuando Seokjin lo miraba fijamente a los ojos y, después lo recorría por todo el cuerpo desnudándolo con la mirada, él se ruborizaba, no resistía su mirada.

Al cabo de un momento, dijo Seokjin:
—¿Sabes, Minhyuk?, eres el hombre más lindo y bello que he tratado en mi vida.

Sonrojándose un poco contestó él.

—¿De veras?, exageras, eso es.

—No, no exagero.

—¿Entonces, lo crees así?

—Sí, Minhyuk, sí. No sé, pero me inspiras un gran afecto y mucha confianza, es como si ya te hubiera conocido mucho tiempo antes.

Seokjin, desde aquel momento se sintió otro, más alegre, totalmente diferente, como si presintiera lo que más tarde sería para él, como si presintiera lo que el destino les tenía reservado a los dos.

Así uno tras otros seguía pasando los días; cuando su tía salía aprovechaban para charlar; por las noches no hacía más que pensar y pensar en él, sin conseguir dormir pronto, comenzó a quitarle el sueño.
En su portafolio llevaba un pequeño presente que compró para dárselo.

—Espero que le guste. —pensó.

Una noche cuando Seokjin llegó de la universidad, vio que todavía estaba encendida la luz en el departamento de Minhyuk, el mismo que se encontraba haciendo sus tareas. Al darse cuenta que Seokjin llegaba salió en seguida.

—Hola, Minhyuk —saludó Jin.

—Hola, Seokjin —contestó un poco nervioso.

—¿Todavía no te acuestas?

—No, tengo que estudiar para presentar una lección mañana. —respondió él.

—Se ve que eres muy estudioso.

—Solamente salí a tomar un poco de aire fresco, hace calor en mi habitación, necesito refrescarme.

Aquello de tomar aire era solo un pretexto, y el lo sabía tan bien, como sabía que le correspondía, se había dado cuenta, sabía que estaba enamorado de él, y que el motivo de su salida era para verlo.

—Claro, entiendo —contestó él.
Después de conversar un momento dijo:
—Bien, tengo que despedirme, tú también tienes que descansar, hasta mañana Jin.

—Hasta mañana… ¡Ah Minhyuk!, espera, te compré un pequeño presente, espero que te guste.

Sacando de su portafolio entregó el obsequio.

—Gracias Jin, gracias… —contestó emocionado.

Minhyuk le quedó mirando fijamente, y al tomar el obsequio, sus manos rozaron con las de Seokjin, fue el primer contacto que tuvo con su piel; aquello fue como si recibiera una descarga eléctrica, él se puso nervioso con lo delicado y frágil que era; a Jin en cambio un no sé qué sintió que le recorría por la columna, enervándole los sentidos y todo su ser, era algo agradable.

Sin poder detenerse lo besó en la mejilla, Minhyuk no dijo nada, se quedó estupefacto, nervioso, sin saber qué hacer, sólo dio media vuelta y apresurado entró a su departamento.

Después Seokjin, ya en su departamento, puso a funcionar la grabadora poniendo antes un cassette de música romántica, se tiró en el sofá bocabajo, el corazón le palpitaba a toda prisa, su mente no dejaba de pensar en él, se había enamorado de Minhyuk en tan poco tiempo, era el amor de su vida, era el hombrecito por quien gustoso daría la vida misma si fuera preciso, a cambio de tenerlo entre sus brazos tan solo por un momento, acariciarlo, despacio, muy despacio, besarlo hasta hacerlo enloquecer de amor, hasta hacerlo sentir todo su condición de hombre enamorado.

Nunca murió el amor 「 K. TH - K. SJ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora