Escena +18 - Capítulo quince - Taynesis

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Sus ojos verdes me calaron hasta los huesos y con ese simple acto el oxígeno se me agotó de golpe

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Sus ojos verdes me calaron hasta los huesos y con ese simple acto el oxígeno se me agotó de golpe. No podía terminar de creer que fueran tan bello y, sobre todo, que lleváramos más de un año juntos. Parecía una locura que dos años atrás estaba en Los Ángeles con mis padres y mi mejor amiga Sarah y que en ese momento estuviera deseando volver a Massachusetts para finalizar la mudanza a un piso que compartiría con él.

ꟷAdelante, señorita.

Abrió la puerta para mí y antes de ingresar realicé una tonta reverencia que lo hizo reír. La habitación estaba silenciosa y casi a oscuras, la luz que ingresaba del balcón era suficiente para marcar los límites de los muebles.

ꟷVen aquí ꟷsusurré.

Tomé su camisa negra formando un puño con la tela y sin mucha delicadeza lo atraje hacia mí. Sus manos viajaron rápidamente hasta mis caderas y poniéndome de puntitas de pie alcancé su boca con la mía. No tardé en elevar mis brazos y rodear su cuello apegando mi cuerpo al suyo en un contacto que se sintió tortuoso luego de tanto tiempo separados. Besé con necesidad sus labios mientras él correspondía gustoso con esa seguridad que me enloquecía. Sus dedos trazaron un camino lento por mi espalda despertando cada uno de mis nervios hasta llegar a mi cuello, ladeé la cabeza profundizando el beso y embriagándome con los movimientos que nuestros labios coordinaban. Su lengua se hizo paso hacia el interior de mi boca y mi cuerpo entero se llenó de una energía explosiva. El sabor a caramelos de mora me dio la bienvenida y sonreí contra su boca encantada porque siguiera siendo la misma persona que un mes atrás había despedido en la universidad.

ꟷEsta camiseta no es tuya ꟷmurmuró cuando nos separamos por unos instantes para respirar.

ꟷNo, la mía se manchó con refresco y Julian me prestó esta.

Era verdad, mi camiseta blanca había fallecido en el momento exacto en que un muchacho me había empujado sin querer mientras me hacía paso en la fiesta rumbo a la cabina del DJ. Julian me había prestado una camiseta que tenía en su vehículo y aunque me había quedado gigante, le había hecho un nudo para que no luciera como un vestido sobre mí.

ꟷNo sé quién es Julian, pero créeme que nunca fui tan feliz de poder quitarte una prenda de ropa.

Reí y elevé los brazos para que pudiera quitarme la camiseta. No dudó en hacerlo, sus dedos viajaron hacia el borde de la misma y la retiró con rapidez a la vez que rozaba mi piel con sus dedos tibios. Mis nervios enloquecieron ante el contacto y una sensación punzante se instaló en la parte baja de mi vientre.

ꟷAhora te ves mejor ꟷsusurró con una diversión seductora.

Su mirada abrazadora me estudió por completo y sentí que la garganta se me secaba. No era la primera vez que compartíamos esa clase de intimidad y, sin embargo, la distancia parecía haber intensificado todas las sensaciones.

Mis ojos se habían acostumbrado a la escasa luz y en ese momento pude ver su rostro a la perfección. Elevé mi mano hacia sus mejillas y recorrí el camino de pecas que iban hasta su nariz, los puntitos podían pasar desapercibidos, pero allí estaban y me encantaban.

Dos por uno +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora