Capítulo 3

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Después de la cena, caminaron hacia la Torre de Gryffindor. La sala común estaba repleta, dado que mucha gente ya había terminado de cenar, pero se las ingeniaron para encontrar una mesa libre donde sentarse, Ron, que había estado de mal humor desde el encuentro con Slughorn, se cruzó de brazos y frunció el ceño al techo. Hermione alcanzó una copia de El Profeta Vespertino, que alguien había dejado abandonada en una silla.

—Realmente nada nuevo... —Hermione había extendido el periódico y examinaba las páginas interiores —. Oh, tu padre está aquí, Ron dice que ha ido a visitar la casa de los Malfoy. Esta segunda búsqueda de la residencia del Mortífago no parece haber dado ningún resultado. Arthur Weasley de la Oficina para la Detección y Confiscación de Hechizos de Defensa y Objetos Protectores Falsos dijo que su equipo había actuado por un aviso confidencial.

— ¡Sí, el mío! —dijo Harry. —¡Le dije en King's Cross sobre Malfoy y esa cosa que trataba que Borgin le reparara! Bien, si no es en su casa, debe de haber traído lo que quiera que sea a Hogwarts con él.

— ¿Cómo podría haberlo hecho, Harry? —Hermione bajó el periódico con una mirada sorprendida. —Todos fuimos registrados cuando llegamos, ¿o no?

—¿Lo fueron? —Harry se sorprendió —. ¡Yo no!

—Oh no, por supuesto que tú no, olvidé que llegaste tarde... bueno, Filch nos repasó a todos con Sensores de Secreto cuando llegamos al vestíbulo. Hubieran encontrado cualquier objeto Oscuro, sé de hecho que a Crabbe le confiscaron una cabeza reducida. Ves, ¡Malfoy no puede haber introducido nada peligroso!

—Entonces alguien se lo envió por lechuza, su madre o alguna otra persona.

—Todas las lechuzas están siendo revisadas también —dijo Hermione —. Filch nos lo dijo cuando estaba pasando esos Sensores de Secreto por todas las partes que podía.

Harry no encontró nada más que decir. No parecía existir ninguna forma en la que Malfoy pudiese haber traído un objeto peligroso u Oscuro al colegio. Momentáneamente bloqueado, Harry observó a Ginny Weasley jugando a un lado de la sala.

Las conversaciones entre Hermione y Harry últimamente iban sobre las noticias fuera del colegio, por lo regular dejaban de lado a Ron, quien parecía no querer cooperar. Hermione no quería persuadir a Ron para que interactuara más sobre sus ideas, pero él estaba sentado de brazos cruzados. Por otra parte, Harry estaba mirando a Ginny Weasley, eso la desquició y decidió descarar su enojo contra Ron quien miraba a Lavender Brown.

—Escucha, no es mi culpa que Slughorn nos invitase a Harry y a mí a esa estúpida fiesta, ninguno de los dos quiere ir, ¡lo sabes! —Fue lo que escucho Harry decir a Hermione cuando volvió a la realidad.

—Bueno, como no estoy invitado a ninguna fiesta —dijo Ron poniéndose en pie —creo que me iré a la cama.

Se fue airadamente hacia la puerta del dormitorio de los chicos, dejando a Harry mirándolo fijamente y Hermione enfurecida.

— ¿Harry?

Demelza Robins, la nueva Cazadora, apareciendo de repente a su espalda.

—Tengo un mensaje para ti.

— ¿Del Profesor Slughorn? —preguntó Harry, lleno de esperanza.

—No... del Profesor Snape.

—Dice que debes ir a su oficina a las ocho y media esta noche para tu castigo, no importa cuántas invitaciones a fiestas hayas recibido. Y quiere que sepas que vas a separar Gusarajos podridos de los buenos, para usarlos en Pociones, y... y dice que no es necesario que lleves tus guantes protectores.

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora