Capítulo 28

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Harry no durmió bien esa noche. Permaneció despierto lo que le parecieron horas, preguntándose para que estaba usando Malfoy el Cuarto de los Menesteres y que sería lo que él, Harry, vería cuando fuera al día siguiente, a pesar de lo que hubiera dicho Hermione, Harry estaba seguro de que, si Malfoy había podido ver el cuartel del Ejército de Dumbledore, él también podría ver el de Malfoy, ¿qué podrá ser?, ¿un lugar de reunión? ¿Un escondite? ¿Un taller? La mente de Harry trabajaba de manera constante y sus sueños, cuando finalmente cayó dormido, fueron interrumpidos y perturbados por imágenes de Malfoy, que se transformaba en Slughorn, que a su vez se transformaba en Snape...

Harry estaba en un estado de gran expectación durante el desayuno a la mañana siguiente, tenía una hora libre antes de Defensa contra las Artes Oscuras y estaba decidido a usarla tratando de entrar en el Cuarto de los Menesteres. Hermione ostentaba mostrarse desinteresada en sus planes de entrar forzosamente en el Cuarto, lo que molestaba a Harry.

—Ya te lo he dicho, necesitas persuadir a Slughorn —dijo Hermione. —No es cuestión de engañarlo o hechizarlo, o Dumbledore pudo haberlo hecho en un segundo. En lugar de estar perdiendo el tiempo afuera del Cuarto de los Menesteres, deberías ir y encontrar a Slughorn y empezar a interesarte en su verdadera naturaleza.

Terminaron de desayunar en silencio. Hermione se fue inmediatamente a su clase de Runas, Ron se fue a la Sala Común, donde aún tenía que terminar su conclusión del ensayo de Snape sobre dementores y Harry se fue al corredor del séptimo piso y se dirigió a la pared opuesta al tapiz de Barnabás el Chiflado enseñando a trolls a bailar ballet.

Harry se puso su Capa Invisible una vez que se encontró solo en el pasillo, pero no necesitaba hacerlo. Cuando llego al lugar al que se dirigía lo encontró desierto. Harry no estaba seguro si sus probabilidades de entrar en el cuarto eran mayores si Malfoy estaba dentro o no.

Cerró los ojos al llegar al lugar donde la puerta del Cuarto de los Menesteres se ocultaba. Sabía qué tenía que hacer, se había convertido en un experto el año pasado. Concentrándose con todas sus fuerzas pensó 'Necesito ver qué es lo que Malfoy hace aquí... Necesito ver qué es lo que Malfoy hace aquí... Necesito ver qué es lo que Malfoy hace aquí...'

Paso tres veces frente a donde se ocultaba la puerta, entonces, con su corazón latiendo de entusiasmo, abrió sus ojos para presenciarlo... pero aún estaba viendo una pared totalmente en blanco. Avanzó e intento darle un empujón. La piedra era sólida e inflexible.

—Está bien... pensé la cosa equivocada.

Se detuvo un momento y luego se alejó de nuevo, con los ojos cerrados, concentrándose tanto como podía. Necesito ver el lugar al que Malfoy ha estado viniendo en secreto... Necesito ver el lugar al que Malfoy ha estado viniendo en secreto, pensó. Después de dar tres vueltas, abrió los ojos esperando ver algo.

No había ninguna puerta.

—Necesito que te conviertas en el lugar que te conviertes para Draco Malfoy...

No abrió los ojos inmediatamente, cuando termino de dar algunas vueltas, escuchó con atención, como si pensara que la puerta haría algún ruido al aparecer. Abrió los ojos. Aún no había ninguna puerta. Harry maldijo.

Harry intentó decir de todas las maneras que se le ocurrieron 'Necesito ver lo que Draco Malfoy está haciendo ahí dentro' por una hora completa, y al final tuvo que aceptar que Hermione podía tener razón: El cuarto simplemente no quería abrirse para él. Frustrado y molesto se puso en camino a su clase de Defensa contra las Artes Oscuras, metiendo su capa invisible en la mochila mientras se iba de ahí.

—Tarde de nuevo, Potter —dijo fríamente Snape, cuando Harry se apresuró a entrar en el salón iluminado por velas. — Diez puntos menos para Gryffindor.

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora