CAPÍTULO 1.

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Papá lleva más de tres meses en Colombia por una investigación especial de la DEA. Hace casi ocho meses que Jackson está en algún lugar del océano como almirante de la marina y obvio no lo he visto. Mike es feliz siendo el comandante de la policía en Nueva York. Eliam, con papá en Colombia. Agente de la DEA también. Isamar, mi odiosa hermana menor de quince años, no me importa en dónde esté o lo que haga.

Me miró al espejo cuando terminó de arreglarme. Me admiro de pies a cabeza y sonrío satisfecha. Una falda con cierre al frente negra, con una camisa del mismo color por dentro de la falda, pero una chaqueta azul índigo, tacones de plataforma blancos, mi cabello castaño oscuro con suaves ondas y un labial carmesí con un suave maquillaje.

¡Tú brilla! Y las envidiosas que se jodan.

— Pasé. — Exclamo saliendo del baño cuando alguien llama a mi puerta. Es mamá.

— Hola cariño. — Un pantalón de vestir negro, blusa beige, chaqueta negra que no oculta para nada su arma o su placa del FBI. — ¿Desayunamos juntas y luego las llevo al colegio?

— Desayunar, sí. Llevarme, no. Prefiero conducir. — Evito a toda costa estar mucho tiempo con mi hermanita.

— Marbella. — Su tono es de advertencia. Mentalmente pongo los ojos en blanco.

— ¡Vale mamá! Pero alguien va a tener que llevar mi auto.

Abrazo a mi abuela que está sentada al lado de Isamar, a ella la ignoró. Prefiero abrazar a Lilia que ha trabajado en mi casa desde antes que yo naciera.

— ¿En dónde está mi nana? — La busco con la mirada, pero no la veo. Fabiola, cuidó de nosotros mientras papá estaba ocupado en la DEA y mamá en el FBI. Es como mi abuela también.

— John va a llevar a Ocean y Beach al veterinario. — Mis amados Pastor Alemán. — Así que tu nana mi niña, fue a buscar su correa porque alguien nunca la deja en su lugar. — Me acusa poniendo mi batido de proteína y frutas frente a mí.

— ¿Cuándo llega papá? Prometió estar aquí el día de mi cumpleaños. — La miro fijamente.

— En unos días cariño, tranquila. Va a estar aquí. — Mi nana me da mi maleta para el entrenamiento antes de salir de la casa. Lo había olvidado. — No puedo creer que no sean capaces de hablar. — Nos regaña cuando estamos en su auto. Isamar y yo somos algo así como el agua y el aceite. Jamás vamos a poder estar juntas.

— Por esto quería conducir. — Le pongo los ojos en blanco mientras envío un mensaje por el grupo de WhatsApp en donde estoy con mis amigas: Irina, Olimpia, Geraldine y Amberly.

— Marbella, no me quieras tratar como a tus amigas y mírame cuando te hablo. — Bloqueo mi celular y la miro con fastidio.

— No me quieras tratar como si fuera un agente del FBI mamá. Si solo ibas a regañarme me hubieras dejado venir en mi auto.

— Pienso lo mismo. — Susurra Isamar en el asiento trasero.

— Tú cállate.

— Marbella. — Me advierte mamá.

— Es ella quién siempre me ignora. — Me encojo de hombros al escuchar a Isamar.

— Es tu hermana, no puedes seguir haciendo como que si no existiera. — Detiene el auto frente al colegio y me bajo antes de responder.

— Yo no pedí tener una hermana. — Su expresión se endurece y cierro la puerta.

Muchos hombres y mujeres se giran para mirarme mientras camino con paso seguro hasta el lugar en el que me esperan Irina, Olimpia, Geraldine y Amberly.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora