|073| Nightingale

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⚠️ Advertencia:

Esta historia tocará temas sensibles que podrían no ser de agrado para muchos, tendrá escritura ligeramente explícita. Así que si te sientes incómodo/a con este tipo de contenido te invito a saltarte esta historia. Gracias por tu atención :)



















Camila Cabello | Tú (G'p)



El día había sido casi perfecto, el clima era cálido, el sol estuvo brillando, había nubes blancas y esponjosas en el cielo, las aves cantando, la gente sonriendo amable por las calles, los parques con niños corriendo, parejas enamoradas, los árboles tenían pintadas sus hojas de naranja, un olor a otoño

Todo era hermoso, excepto para ella, que caminaba por las calles como si fuese un fantasma, la gente no la notaba, solo lo hacían cuando la joven chocaba momentáneamente su hombro con los suyos al pasar, no se disculpaba, no los miraba, solo seguía caminando, su cuerpo estaba allí, pero no su alma, y tampoco su mente. Su corazón latía, pero no estaba viva, se movía por supervivencia

Su cuerpo pesaba, pero tenía la suficiente fuerza en sus piernas para seguir caminando y llegar a su objetivo, sus pies descalzos dolían, pero pronto el martirio iba a acabar

Ella lo sentía, sabía, que era un fantasma, que ya no estaba viva, que aunque respiraba y su corazón latía, ella no era capaz de sentir algo. Era como si pudieras pasar una mano a través de ella si así lo quisieras

-Oh, disculpa-dijeron cuando nuevamente su hombro chocó con el de alguien más-Hey, ¿Estas bien?-escucho como decían, pero no respondió

Sus pies la llevaron hasta un lindo edificio, era grande y alto, muy alto, perfecto para ella. Entro, aprovechando su estado invisible y disimulado logro colarse entre la gente y entrar al ascensor, estaba sola en ese espacio, escuchaba el sonido del elevador por cada piso que visitaba con ella dentro

Se preguntaba si había algo por lo cual fuese capaz de arrepentirse y parar, pero no lo había, no existía nada que pudiese pararla, ya era muy tarde para eso. Estaba rota, muy herida hasta lo las profundo de su ser, y sabía que no había nada ni nadie que quisiera o pudiera repararla, además, no lo merecía

Las puertas del elevador se abrieron, en el último piso. Con la mirada al suelo camino, con la mente en blanco, dejándose guiar por el sentimiento de desolación

Encontró la puerta de acceso al techo, no había nadie cerca, y aunque lo hubiera, no la notarían, era como si no existiera

Subió las escaleras, el aire le golpeó en la cara apenas abrió la puerta al techo, pero ni eso pudo despertarla de su estado automático. Miro sin ánimo alguno alrededor, los edificios cercanos, el sol ocultándose en el horizonte. Siguió caminando hasta llegar a la orilla, recargándose contra el muro de seguridad, miro el crepúsculo, y se sintió maravillada

Los colores en el cielo eran preciosos, estaba un poco feliz de saber que será lo último que vería, y triste, porque era la primera vez que veía uno desde hace tantos años

Sus débiles brazos lograron impulsarla y subir esa barda de metro y medio, sus frágiles piernas la sostuvieron al borde. El viento tuvo miedo de soplar muy fuerte y ser el culpable de que esa joven solitaria cayera al vacío

Respiro profundo, muy profundo que incluso le dolió un poco, un aire fresco, casi dulce, se movió ligeramente hacia el frente dejando que las puntas de sus pies sobresalieran, y de pronto se preguntó como se sentiría volar, si esos segundos en el aire le darían la libertad que siempre quiso, soltó el aire en sus pulmones lista para ponerle fin a su historia

Lauren Jauregui | Camila Cabello Y Tú | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora