Capítulo 98: Cinco minutos.

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La capital de Xing, una ciudad estado de tamaño inconmensurable, construida mucho tiempo antes, cuando Xing era apenas una fracción de lo que es ahora. Edificada a las faldas de las más alta y nevada montaña al norte, lugar donde fue edificado el gran templo, último lugar de reposo de los reyes de Xing. Comenzando desde el palacio ubicado a mitad de un gran lago y llegando hasta la playa, la ciudad se extiende por aproximadamente diez kilómetros hasta llegar a la primer muralla, la cual divide la clase noble de la clase común, aquí es donde se encuentra la mayor actividad dentro de Xing. Comercio, artesanos, gastronomía, un lugar al que todos sus habitantes deben visitar al menos una vez en su vida. Luego se encuentra la segunda muralla, de casi cien metros de altura, hecha para funcionar como un fuerte bastión contra posibles amenazas terrestres, y aún más allá se encuentra la población menos favorecida. Entre más se alejaba del centro y del palacio, más rural se volvía el panorama, al punto que en la mayoría de zonas exteriores estaban casi vacías o abandonadas completamente.

Shen salió de la jungla en el momento exacto en que el sol de ocultó por completo detrás de las montañas y las estrellas comenzaron a brillar en el firmamento. Una a una las antorchas en las murallas se encendían a lo lejos, el dragón fantasmal avanzó cauteloso pero veloz por las casas vacías y más de una persona se percató de su presencia pero no hicieron acción alguna para impedir su camino. No tardó mucho en divisar la primera muralla y con ella la gran puerta del juicio.

Dos mitades talladas en madera sólida, bien reforzadas por hierro y adornados con dragones a los lados se interponían en su camino. A medida que Shen se aproximaba a la gran puerta formaba una arma entre sus manos, al detenerse justo delante de la estructura ya tenía consigo una gran guadaña casi de su tamaño empuñada y cargando magia en ella.

—¡¡Rakshasa: Ciclón marino!! —Shen hizo girar la guadaña varias veces alrededor de su cuerpo y la detuvo frente a la puerta, luego la alzó con toda su fuerza y su arma creó una potente corriente de viento que destruyó el obstáculo en un instante.

La puerta voló en mil pedazos con una explosión, el estruendo del golpe resonó por todo el lugar, los fragmentos volaron varios metros hacia el frente, causando estragos por todos lados. Shen avanzó con calma entre los escombros y se adentró a la segunda zona de la ciudad. Al igual que en la zona baja, nadie le impidió el paso, las personas con las que se topaba no eran más que civiles sin nada que ver con el asunto y parecían estar evacuado, así que sólo se hicieron a un lado al verlo por lo cual no tardó en llegar a la segunda muralla. Frente a la próxima puerta, el dragón pudo ver tropas de Xing, en formación y listas para atacar.

Los enemigos no tardaron en divisar a Shen acercándose, sonrieron muy confiados al verlo llegar solo, pues esperaban entrar en combate contra un gran ejército comandado por Chan-Lee. Shen se detuvo y observó lentamente, varias filas de hombres con armas en mano seguidas de un par de dragones se interponían en su camino, este exhaló y colocó la guadaña sobre sus hombros.

—¡Mierda! —se quejó el dragón clavando la guadaña en el suelo —. ¿Tenemos que hacer esto?

—Tenemos —habló alguien entre la multitud.

—¡Bien! Hagamos lo siguiente —Shen soltó el arma —. Quiero conservar energía y ustedes no quieren morir, los que quieran seguir sus órdenes den un lado adelante. De igual manera no me van a detener.

—Tienes mucha confianza, ¿verdad? —dijo un hombre delgado y de cabello largo seguido por otro corpulento, con abundante barba y marcas de batalla.

—¡Tú eres! —dijo Shen algo sorprendido.

—Veo que me recuerdas... Eso hace las cosas más fáciles —el hombre se retiró su túnica y golpeó a su compañero en el pecho —. ¿No crees, Yun-Se?

Fairy Tail: ValhallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora