Siento como mi cuerpo se mueve, abro mis ojos con dificultad, percibo como alguien me carga en sus brazos, al ver ese rostro tan bonito, sus ojos hermosos y esos labios que deseo, sonrió, al hacerlo me provoca dolor, estoy muy golpeada que hasta eso duele, él se gira para mirarme a los ojos sin parar de caminar, me sonríe.
—Todo estará bien Jael —su voz es perfecta.
—Gracias Oki. —Cierro mis ojos y vuelvo a abrirlos, asustándome de lo que veo, Oki no está, lo confundí con Chris, me mira preocupado y yo solo lo miro confundida.
Me suelta cuando llega la camilla de la ambulancia, rápidamente me meten en ella y los enfermeros con Chris entran al vehículo, revisan mi pulso, mis ojos con una linterna, siento un piquete cuando meten el suero.
—Doctor ella estaba alucinando hace un momento —Chris me mira preocupado.
—Esta desconcertada, perdió mucha sangre y su pulso es bajo —el doctor menciona.
—No debí dejarla sola, es mi culpa —Chris está asustado a punto de llorar.
—La salvaste, tengo entendido que ese bosque no es muy concurrido, si nadie la encontraba dentro de unas horas más, no sé qué hubiera pasado.
—El doctor revisa de nuevo mi pulso, ya solo puedo oír las sirenas, cierro mis ojos, escucho como me llaman y me mueven, solo quiero dormir para librarme de este dolor.
—No te duermas Jael, resiste por favor, por tu madre —al escuchar eso abro mis ojos, amo a mi madre, no quiero que llore de nuevo.
Todo el camino me mantuve callada, al llegar al hospital, me bajan, los médicos llegaron, colocaron anestesia y ya no supe más.
Abro mis ojos, frente a mi tengo a un Oki caminando en círculos por la habitación, siento una alegría al verlo, me levanto si dificultad, aquí no tengo heridas, lo abrazo por la espalda, mi acto lo asusto, pero luego me corresponde, se da vuelta y acaricia mi cabello.
—Me tenías muy preocupado. —Acaricia mi cabello y sonríe con tristeza.
—Oye, no he muerto —digo sonriendo.
—Debes recuperarte, tienes que irte... —dice, pero de inmediato lo callo con un corto beso.
—No quiero ir a ningún lado, quiero estar contigo. —Acaricio su cabello con mi mano, él la aparta.
—¡Hija, por favor despierta! —la voz de mi madre hace eco en la habitación, Oki se preocupa.
—Suficiente, vete ahora mismo y mejórate —se aleja unos pasos —eres mi mundo Jael —me sonríe, yo hago lo mismo —despertaras en uno, dos, tres...
Abro mis ojos, encuentro a mi madre sentada al lado mío durmiendo, intento moverme, pero por las heridas me es incómodo, más el suero inyectado en mi brazo, mi madre de pronto se despierta y al verme a mí se lanza arrodillada en el suelo frente a mí.
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El Mundo De Los Sueños.
FantasyCuando descubres que tu realidad no es la única, ¿podrás diferenciarla? Dicen que todos tenemos un destino, un hilo rojo, que nos une a nuestra alma gemela, la persona predestinada para ti, pero, qué tal, y ese destino o hilo rojo esta entrelazad...