21. Poder (+18)

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Habitación 55. Toco la puerta dos veces, espacio, dos veces otra vez y la puerta se abre inmediatamente, era un código para poder vernos, diez minutos antes de que acabe el almuerzo, porque todos estaban en el comedor y es el momento del día en el que todos cambian de actividades, así que las posibilidades de que nos descubran son pocas.  Como siempre un beso cálido y apasionado me recibe mientras me somete contra la puerta.

—    Estuve esperando por esto. — Hago un espacio entre nuestros labios para poder mirarlo a los ojos.

—    Yo tambien — destroza el espacio que he creado y vuelve a presionarme contra la puerta.

Después de que hemos satisfecho nuestras ganas iniciales, nos sentamos cada uno en una cama, el espacio entre cada una es tan reducido que nuestras rodillas se rozan.

—    Tenemos que idear un plan. — le menciono.

—    ¿Un plan? —  arqueá una ceja minetras enciende un cigarro.

—    Si... la pedida de compromiso oficial es pronto, tambien deberías pensar en ello después de eso no hay vuelta atrás...

—    Vale — da una calada a su cigarrillo. — En el peor de los casos podemos escapar juntos.

—    ¿En serio?

—    Dije en el peor de los casos.

—    Hablo en serio. — le reprimo.

—    Okay, tranquila. — ha tomado mi barbilla entre sus dedos para mirarle. — Si he pensado en ello, solo debemos mostrarle a nuestras familias que somos lo mejor el uno para el otro.

—     ¿Cómo?

—    Pues puedo mostrarle tus registros que dan muy buenas referencias de ti a mi padre, que les digan que eres una buena candidata como esposa y lo mismo conmigo, demuéstrales que soy mejor que ese estúpido francés, tengo un buen apellido, una fortuna, nada nos faltará. — suelta una bocanada de humo.

No había pensado en una solución tan fácil,  entre más lo pienso, más imposible parece, pero no puedo evitar pensar en que podria funcionar y me aferro a esa pequeña posibilidad.

—    Y a principios de primavera serás Nora Amelie de Stone. — ha proclamado en tono lírico.

—    ¿En serio? — pregunto entusiasmada.

Asiente, y yo me lanzo a sus labios gratificándolo; parece agradarle que a veces sea yo la que tome la iniciativa, así que lo hago, le quito el cigarro, doy una profunda calada para seguido, tirarlo. Empujo a Andrew contra la cabecera de su cama y me siento a horcajadas sobre sus rodillas, hago un pequeño movimiento de cadera presionando más contra su pelvis, haciendo que inmediatamente logre sentir su miembro duro en mi entrepierna. Le dedico una sonrisa traviesa. El me mira completamente encandilado.

—    Sabes bien todos mis puntos débiles, ¿Eh?  — Me encojo de hombros juguetonamente. Y dirijo mis manos a su erección. — Debes parar antes de que...

—    ¿Antes de que, qué? — le pregunto desafiante.

—    Antes de que te amarre a la cama para que no puedas tocarme.

—    Quiero ver que lo intentes... — le susurro mientras acaricio sus labios.

Lo estoy fastidiando, tiene su mejilla abultada por su lengua, pero no puede reprimir una sonrisa. Hace un movimiento de cadera que me ha arrancado un leve gemido, aprovecha para tomarme de la cintura y tumbarme boca arriba en la cama, para posarse dominante sobre mi. Lo tomo del cuello, inclinándolo hacia mis labios, desestabilizandolo de nuevo. Pero vuelve a tomar el control, quitan mis manos de su cuello, me toma de las muñecas y me somete a un costado contra las sabanas, me provoca un ligero dolor que me causa placer.

Inocencia perdida (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora