primero

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"Soy mi propio libro. Me reescribo, me subrayo, me agrego páginas, me arranco otras que duelen. Y dejo en blanco una última hoja, siempre."

Entre cuatro paredes de melancolía y nostalgia se encontraba Jungkook, ensimismado en una esquina de aquel frío lugar.

"Maldito Maricón" recordaba cada palabra, cada expresión y mirada de asco hacía su ser; su familia le había dado la espalda al haberse expresado sobre su bisexualidad y por parte de su egocentrismo, aquel que cada ser humano poseía, era vínculo del dolor que poseía ahora.

Jungkook jamás podría hablar en voz alta sobre una vida llena de colores. No cuando el mundo a su alrededor era gris.

Sus manos, su pelo, sus ojos, todo él era gris.

Si, definitivamente el mundo era de ese color.

Pero los días no eran grises por la tristeza de Jungkook.
Jungkook vivía triste y aquello hacia confirmar otro día de su débil existencia como gris.

vivia, vivia, vivia...

¿Él estaba viviendo? No, no lo hacia.
Estaba muerto en vida y eso para él era irónico, porque de estar vivo y no importarle a nadie, morir y que nadie le extrañara era lo mismo, ¿no? no lo sabía, tampoco le importaba y mucho menos le interesase qué ocurriria con él después de todo.

Él había llegado a este punto y maldición, él no quería pertenecer a esa realidad; no cuando sentía estar vivo carnalmente, pero estar completamente muerto de forma espiritual.

Así que llegó a una conclusión; su muerte la decidiría él.

Sus flojos movimientos y saladas lágrimas lo ayudaron a salir del apartamento, decidido ir a la azotea del edificio.

Mismo lugar en donde estaría con vida por última vez. O eso quería suponer él.

"ni triste ni feliz, solo respiro y ya."












Jungkook se tambaleaba desde la altura de millones de personas. Él quería reír ante lo irónico que estaba siendo, pero ya no tenía fuerzas ni para ello.

Ya no importaba nada, un paso y terminaría con todo.

Así que lo hizo. Jungkook respiró por última vez y se tiró al vacío, pero jamás sintió un golpe.

Y tampoco sintió aquellos brazos que luchaban con toda sus fuerzas traerlo de nuevo al inicio de la azotea mientras le realizaba una reanimación.

Se había desmayado por su baja presión, ¿no era bastante irónico esta situación? no fue hasta quince minutos más tarde que pudo tomar consciencia de su alrededor y de aquellos oscuros ojos que le miraban preocupado.

como hace tiempo nadie le miraba.

—  Hey, ¿estás bien? — la cálida voz preguntó.

Más las miles de respuestas llegaron en dolorosas lágrimas. su dolor, su soledad y hasta su fracaso tenían el mismo color que él; gris.

Jungkook sentía que se ahogaba en todo esto, se sentía inútil y desgraciado, él ni siquiera era dueño completo de su vida para acabar con esta y que alguien más se interpusiera le hacía tener rencor, pero no podía negarle los brazos. Aquellos que necesitaba hace unos meses, cuando su mundo estaba destruyéndose.

— ¿Quién eres? — Se dispuso a preguntar luego de un rato al chico que estaba con él, consolándolo.

Dioniso, pero los mortales me pueden llamar Taehyung. —

una pena ser inmortal y no poder morir. Pensaba Jungkook.

Pero había algo que no tenía sentido.
¿Por qué ese chico estaba ahí? era pleno invierno, la azotea estaba prohibida para cualquier residente del edificio, más Jungkook sabía de una entrada que suponía era el único en conocerla.

Vaya que se equivocó.

Las playas estaban cerradas. Los turistas habían dejado de llegar y los estudiantes se encontraban hasta cierto punto de estrés con sus trabajos.

Así que no había sido una simple coincidencia el que Jungkook haya decidido ese día como su fin.
No era una coincidencia que Taehyung apareciera con escasa vestimenta ese día, portando un fino hoodie y pantalones sueltos con el frío que cubría todo Seoul.
Y para nada era una coincidencia que Jungkook estuviera a punto de lanzarse del edificio cuando Taehyung quería cometer el mismo acto.

Así qué, ¿quién salvó a quién?

"No te rindas que la vida es eso. Continuar con el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y despatar los vientos" (Mario Benedetti)

Había más de un corazón en ese lugar arrepintiéndose de los actos negativos que estaban haciendo.

La vida estaba jugando con la muerte y, sin consentimiento de esta, los hizo renacer nuevamente.

Les estaba brindando una segunda oportunidad de cambiar sus pasados y empezar desde cero.

Taehyung y Jungkook jamás pudieron sentirse tan agradecidos como ese 15 de agosto de 1878.

Día en dónde sus almas, cuerpos y nombres se conocieron. Demostrando que a veces la vida no es tan dura como suele ser.

FIN

                                      FIN

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aaa hola 🥲 ¡gracias por leer esto! como bien se dieron cuenta no es un one shot cualquiera.
me expresé, quise demostrar mi estado anímico en palabras y hacerles saber que no todo es difícil, no si te tienes a tí mismo.
la ansiedad y depresión son temas delicados, jamás duden en pedir ayuda a quién sea con tal de salir de aquel oscuro pozo donde no vemos salida.
todos ustedes son fuertes y sé que podrán con todo. 💕

pd : para esto escuché canciones como strong, i've change y worlds collide para que las palabras pudieran salir y sobretodo traté de usar la mejor gramática posible 🥺 también me ayudé un poco con historias antiguas (1-2 años atrás) que leí, ayudándome de mucho para ver cómo redactar de manera correcta. 💕

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2021 ⏰

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