55.

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Niega- Si te ha hecho daño.

Niego- ¿Por qué piensas eso?

Señala mi muñeca y me fijo en que esta roja.

Ni siquiera me había dado cuenta.

-No me duele y me acabo de dar cuenta de ello.

Asiente y lleva la muñeca a su boca para besarla.

-Es un niño Seth- le explico- y ya le he dejado claro que no debe pensar en mí así.

Asiente de nuevo- Cuéntamelo todo.

Asiento y le hago caso.

Se lo cuento.

-Dime que no piensas en arrancarle la cabeza- le pido.

-No sé en lo que pienso- aprieta sus labios y se pone de pie mirando por las puertas del balcón.

Me quedo callada.

-Por eso vomitas, ¿sabes?

Me pongo de pie y le abrazo por detrás- Explícate.

-Una vez me explicaron que es posible que las improntas se sientan enfermas por estar con alguien que no es su lobo.

-No quiero seguir pensando en ello Seth.

Se da la vuelta y nos quedamos mirando.

-¿Y en qué quieres pensar?

No le respondo y le beso.

Y él me besa.

Camina hacia la cama llevandome a mí en el proceso.

Me besa apasionadamente y yo hago lo propio.

Acaricio con mis manos sus pectorales y enredo mis piernas en su cintura.

El baja sus manos a mis nalgas y besa mi cuello dejándo leves mordidas.

Jadeo.

Siento en su pantalón a su amiguito.

-¿Puedo...?- toca la cremallera del pijama.

-Puedes.

La baja lentamente y eso me pone a mil.

Según baja la cremallera baja su boca dejando besos y mordidas, sigo gimiendo en cada beso.

Separa su boca y le miro a los ojos, él me mira a mí y hace que levante la pelvis para quitar el resto del pijama para tirarlo lejos.

Le empujo sobre la cama y me subo encima de él.

Nos seguimos enrrollando y cambia sus manos de mis nalgas a mis pechos.

Los toca tembloroso y suavemente, sin presión.

Es tierno y excitante.

Rodea mis pezones con un dedo y echo la cabeza hacia atrás jadeando fuertemente.

Y de repente Seth para. Voy a quejarme y veo su cara de pánico.

-¿Que ocurre Seth?

Me echa a un lado y va por mi pijama tirándomelo.

-Póntelo, es mi madre, está en la cocina.

Entro en pánico y le veo abrir la puerta mientras me pongo el pijama.

-Seth no salgas- susurro y se gira.

Señalo sus partes y se pone rojo. Abrocho mi cremallera y le pido que se calme antes de bajar.

Entran por la puerta y veo a Aibu.

-Emma yo quiero...

-Han llegado el libro de Oliver Twist y el de Karl Marx.

Se los paso y le doy un papel para firmar.

-Emma...

-¿Necesitas algo más?- le espeto cortante y molesta.

-Aibu lárgate- le dice Brady desde la puerta.

Nos mira.

-¿Estáis juntos?- parece molesto.

-No te hagas ilusiones Cheats- le responde y se acerca a mí- Tú comida, Seth dice que siempre te la olvidas.

-Es cierto- le doy la razón, me da la bolsa y espera mirando a Aibu.

Aibu firma los papeles y se va.

-¿Te ha molestado?

Niego- Has llegado justo a tiempo.

-Si eso ocurre- me mira- grita mi nombre o el de Collin y vendremos a ayudarte.

Le miro juguetona- OOO que bonito Brady- me rio con voz cantarina- voy a empezar a pensar que te importo.

Se rie en respuesta- Que puedo decir, eres de la manada.

Cierro la puerta de la biblioteca para volver el lunes y veo a Aibu delante.

-Señor Cheats- le saludo acordándome del apellido que dijo Brady.

-Tenemos que hablar Emma.

Me giro ya que veo que me sigue por el pasillo- No, no tenemos. Y soy la señorita Feels.

Salgo del pasillo con Aibu detrás.

Veo a Seth en la entrada, tan sexy como siempre.

-Señorita Feels, Emma- dice Aibu mirándome- de verdad solo quiero hablar de...

-Eh chico- Seth le llama y Aibu abre los ojos- ¿necesitas algo?

Veo a Aibu tragar pesado.

Me acerco a Seth que abraza mi cintura.

-Vámonos Seth.

Veo a Seth reprimir una sonrisa triunfante- Cómo diga futura señora Clearwater.

Nos alejamos lentamente caminando.

-¿Cómo sabías quién era el chico?

Se encoge de hombros- Vi su cara en los pensamientos de Collin y Brady.

-Oye Seth tengo que ir a comprar al súper de la familia de Kim.

Me mira atento- ¿No puedes ir en otro momento?

Finjo pensarmelo para después negar- No quiero comer y cenar pizza todos los días.

-Pero tengo turno- dice rodeándo mi cintura muy meloso.

-Entonces luego necesitarás relajarte- le insinúo pero él no lo pilla. Me pongo de puntillas para acercar mis labios a su oido. Muerdo su lóbulo y me apresuro a decir lo que voy a susurrar- Y puede que esta noche no nos interrumpa nadie...

Sus ojos se abren y dice que sí rápido con la cabeza.

Es tan infantil. Me encanta.

La hermana de Embry ~ Seth ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora