ROY: La Historia De Los Muertos Atrapados [En Proceso]

Capítulo 16: Fuerte decisión

Aún tenía muchas preguntas acerca de cómo es ser un muerto, uno que no se ha ido al más allá. Era extraño, como ser un ave que aún no sabe volar, o una oruga que no ha completado su metamorfosis.

Mi mente estaba pasando por tantas cosas al mismo tiempo, que no sabía cómo enfrentar ninguna de ellas.

A veces hasta me preguntaba si realmente estaba loco y todo esto era una proyección de mi mente, si sólo estaba soñando, o si era una lección de Dios para luego volver con ella. Yo era un optimista de esos que tienen todo lo malo en su contra, pero quieren creer en que todo estará bien.

Esa misma noche que discutí con ella, al despertar al otro día, yo... Quise pensar que sólo fue un sueño, una simple pesadilla. Pero el sentimiento más horrible que llegué a tener fue cuando recordé que no, que todo pasó en verdad y no había vuelta atrás.

Me sentía muy mal, sólo quería decirle lo mucho que la amaba, cuánto anhelaba abrazarla y besarla hasta el cansancio, darle todo el amor que no pude darle la última vez que la ví...

¿Fue todo mi culpa? Yo pienso que sí, y tengo que arreglar todo esto, no entendía aún del todo cómo lo haría pero tenía que hacerlo.

Me dolió demasiado la muerte de papa Ruccio, en serio no podía dejar de pensar en eso y el tan sólo saber que era por causas mías, solo me hacía sentir peor. Pero era extraño... Yo me sentía aliviado pues ya sabía que había detrás de la muerte, creo que eso que dolía mucho era más el miedo a lo desconocido. Pero ahora que ya sabía que él estaría bien, yo me calmé, eso me ayudó bastante.

Después de todo, lo pensé bien.
Ángela era mi amor, mi preciosa mujer, pero mi madre, mi madre Lucía es la persona que más ha dado todo por mí y yo la había dejado mucho de lado desde que estaba con mi prometida... Moría de ganas de hablar con Ángela, de decirle cuánto la amaba, pero mi madre era inigualable y hubiese sido egoísta de mi parte no hablar con ella y darle el consuelo que se merecía, después de todo perdió a su hijo y a su esposo, temporalmente, claro, aunque ella no lo sabía.

Ya lo tenía decidido, yo honestamente ya me sentía más maduro, esa reflexión considero que fue una muy buena en realidad y lo mejor era hablar con mi madre, mi preciosa madre, aunque las ansias de ver a mi Ángela también eran enormes.

+ Sariel.

- ¿Sí?

+ Ya lo decidí, voy a ver a mi madre.

- Tomaste la decisión correcta, Roy.

+ Gracias, amigo, eso es lo que haré.

- Bien, tenemos que ir con Socram, él te dirá cómo llegar a proyectarte en el sueño de tu madre.

- Vamos...

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~ Esto es rápido, ¿ok?

- ¿Es muy rápido?

+ Intentaré hacerlo lo mejor posible

~ Sí, esto es algo que tienes que hacer con total control porque si haces algo brusco, o la asustas, ella despertará y perderás la oportunidad de hablarle. ¿Ok?

+ Ok, entonces. ¿Qué debo hacer?

~ Ya se está haciendo de noche en la situación geográfica donde está tu madre en el mundo de los vivos. En unos minutos ella estará dormida.
Vengan conmigo.

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En ese instante, nos fuimos del Sirilio y Socram nos llevó a un lugar en la cima de una montaña, había una especie de casa y en el porche de ella estaba un señor sentado en una silla, parecía ser de unos 80 años aproximadamente, ya tenía arrugas, pelo blanco y mirada cansada.

El anciano parecía estar dormido, y en ese momento Socram atravesó la cerca que la casita tenía, pasó por el jardín y rápidamente en un segundo saltó al porche volando y se metió en su cuerpo, el viejito dió un salto y abrió los ojos.

¡¿Qué diablos?!
-.Pensé...

~Pasen, vengan.

Socram usaba el señor como su cuerpo en el mundo terrenal, pero no era nadie, sólo era un cuerpo que a él mismo le habían otorgado para hacer sus acciones en la tierra. Entonces nos tomó a mí y a Sariel con un frasco, nos guardó en él y todo era cada vez más extraño.

En ese momento me tomó a mí, me metió en otro envase de vidrio, y arrojó el frasco en el que yo estaba a su chimenea ardiendo, el envase de cristal se rompió y mi alma salió volando por la parte alta de la chimenea, hasta que en cuestión de segundos volé al cuarto de mi madre y... ¡Pum!

Entré en una casa, era la casa en Verona, Italia. Mi papá y mi abuelo ya no estaban, solo habían perros y gatos caminando por allí, todo estaba lleno de maleza y pasto... Mi mamá se encontraba allí, sentada en la acera frente a la vivienda, ella iba caminando como si no supiera dónde estaba.

Me vió, y en ese momento ¡salió corriendo hacia donde estaba yo!

Apenas llegó a unos metros cerca de mí y se arrojó al suelo...

- ¡Hijo! ¡Hijo mío, cuánto te extraño!
Me decía con lágrimas en sus ojos mientras lloraba

La abracé y le dije...
+Te amo mamá, te amo, aquí estoy, puedo explicártelo todo...

- Mi hijo, mi hijo hermoso... Te amo hijo, quiero verte, tanto que ha pasado, tu papá, hijo, hay tanto que decirte, no sé dónde estás.
-. Me dijo llorando incesantemente.

+ Mamá, tranquila ya lo sé todo, no te preocupes, yo estoy bien, tengo mucho que decirte. Lo siento tanto, lo siento por todo, por favor escu...

- ¡¡Hijo, aaay!!
-. Ella seguía llorando más fuerte.

+ Mamá, ya tranquila, aquí estoy y algún día nos veremos de nuevo, mírame, dile a Ángela que..

- ¡Te amo hijo, no aguanto más! Aaaayy, hijoooo.
-. Siguió llorando mientras chillaba de la angustia y eso me ponía cada vez más triste, no podía aguantar el llanto.

+ Mamá, necesito que me encuentren, yo estoy en...

- No puedo má... 8(@;2;#.......

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De repente todo se cortó
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+ ¿¡Quéeee?! ¿¿Qué pasó?? No puede serrr.

~ Tu mamá se puso demás triste, y despertó de tanto llorar, en estos momentos ella debe de estar llorando muy fuerte justo ahora.

+ No puede ser, esta era mi oportunidad de decirle todo y no pude decirle nada, Dios, Dios mío no puedo creerlo...

~ No es culpa de ella, tampoco tuya, es algo normal... Tranquilo.

+ ¿Ahora qué haré?

- Aún nos queda la última opción, hay que hablar con Dorotheo. No te preocupes.