No juegues con lo desconocido

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Después de tanto tiempo al fin me colmaron la paciencia, estaba arto de escuchar a Tae hablar de como podía contactar espíritus usando una ridícula tabla de madera, arto de ver como afirmaba que había fuerzas que lo contactaban con ese ridículo tablero y como asustaba a Hobi hablando de ello mientras Jimin miraba perplejo a su mejor amigo, para mí era algo tonto y qué tal vez fuese más cuento que realidad. 

Al salir de clases ignore a mis amigos y su invitación para ir al arcade y fui a buscar todo lo necesario para comprobar que ese juego no funcionaba en lo absoluto. Hecho una furia acomodé todo a como recordaba que Tae lo describía y comence el tonto juego en cuanto la luna salió, despidiendo al sol hasta el día siguiente, en la soledad de mi cuarto me alisté colocando la punta de mis dedos en la ficha e hice la primera pregunta:

­­— ¿Hay alguien aquí?

No pasó nada, a pesar de que yo no creía en lo sobrenatural, no me rendí, repetí la pregunta una y otra vez sin parar, hasta que las palabras perdieran sentido, cuando estaba a punto de darme por vencido la ficha empezó a moverse frenéticamente por el tablero, con la tenue luz de las velas fui leyendo las letras hasta entender el mensaje...

«Sexy»

No creía que fuese en serio, así que pedí lo repitiera, esta vez puse más atención a los movimientos de la ficha sobre el teblero, pero el resultado no cambió mucho.

«Eres muy sexy»

Estaba confundido ¿Por qué un espíritu diría eso? Estaba decidido a terminar el juego, pero el viento sopló, azotando la ventana y apagando las velas dejándome a oscuras. Escuché pasos recorriendo el cuarto, cada paso en torno a mi solo hacia crecer el miedo en mi pecho.

—Esto no es real. — Me lo repetí una y mil veces esperando creerme mis propias palabras, pero sentía terror a lo que escuchaba y no veía.

Leí que no debía soltar la pieza sin terminar el juego pero el miedo me rebasó, la solté y desesperado prendí la linterna del celular en el momento exacto que una figura alta y delgada con un traje negro se posó a sólo centímetros de mí. Mi pulso temblaba haciendo imposible el mantener quieta la luz, inconscientemente seguí subiendola para ver el rostro de lo que estaba ante mí. Tenía una leve sonrisa algo tétrica que era decorada con unos hoyuelos en las mejillas, sus orbes brillaban cual zafiros y hacian que sintiera escalofríos por la fría mirada con que me observaban, congelandome en mi lugar, sin poder hacer otra cosa más seguí subiendo la linterna hasta ver algo que congeló mi sangre y ma hizo desear con cada gramo de mi ser que todo fuera un sueños, 2 cuernos negros y torcidos surgian de entre los cenizos mechones de cabello, decoraban su cabeza, en ese momento entendí que me habia equivocado al hacer esto y había dejado entrar a algo que no podía manejar.

— ¿Quién eres?

—Oh baby. No te diré mi nombre, pero todos me llaman RM.

Sentía que no podía respirar, mientras notaba como la temperatura de la habitación bajaba hasta que pude ver mi aliento.

— ¿A caso eres un... Un... De...?— No podía terminar la pregunta. No quería saber la respuesta aunque esta ya era más clara que el agua.

— ¿Qué pasa? Pareciese que has visto un fantasma, o peor aún, un demonio.

Su tono era casi seductor e hipnótico, haciendo que no notara que se acercaba cada vez más a mí hasta que sentí su aliento en mi oído.

—Ahora serás mío.

No tuve tiempo de reaccionar, cuando lo noté ya me tenía contra la pared, notaba su fuerza al sujetar mis manos contra la superficie, inmovilizándome y haciendo que mis intentos de soltarme de su agarre solo resultaran en hacer que mis muñecas dolieran.
El contrario empezó a besarme en el cuello hasta llegar a mis labios, haciendo que poco a poco perdiera mis fuerzas para luchar, respondiendo sus bruscos besos y cerrando mi ojos, soltó una de mis manos para poder acariciar mi abdomen bajo la playera, lentamente soltó la otra y rasgó la delgada tela que habia cubierto mi pecho y ahora estaba hecha jirones en el suelo bajo mis pies, siguió delineando mi abdomen con sus fríos dedos, mientras que yo,  consumido por la lujuria rodee con mis brazos su cuello, disminuyendo la distancia entre los dos si es que eso era posible. Sin pedir permiso a mi cerebro, mis manos recorrieron suavemente los fuertes brazos cubiertos por el elegante saco, solo para retirarlo y proceder a coquetamente desabotonar cada botón de la fina camisa que cubría su pecho hasta que esta callo junto al resto de prendas al frio suelo.

«¡¿Qué haces, grandísimo idiota?!»— Gritaba mi cabeza a mi cuerpo que se pegaba al de el, ignorando lo racional y entregándose al sexy demonio que ahora parecía controlar mis acciones con cada roce sobre mi piel. 

Cuando ya no teníamos nada que separase nuestros cuerpos, me levanto apretando mis nalgas entre sus largos dedos, haciéndome soltar un gemido que le hizo soltar una leve risa mientras me dejaba sobre la cama y se posaba sobre mí, acariciando mi cintura hasta llegar a mi pecho para juguetear con mis pezones, torturándolos entre sus dedos para luego seguir recorriendo mi cuerpo con sus labios, marcando mi piel con chupotones y mordiscos que me hacian sentir que llegaba al cielo. Cuando nuestras miradas se conectaron sus orbes zafiro refulgieron como el fuego celeste, llenos de deseo puro y algo mas que me era imposible descifrar, siendo casi hipnotico pues no podia apartar la mirada de ese bello azul, volvió a juntar nuestros labios y con la respiración acelerada y su voz en un tono mas grabe susurro a mi oído mientras mordisqueaba mi cuello y jugueteaba con los piercings de mi oreja.

—Dime tu nombre humano...

—Jin... Kim ... Seokjin

—Ahora me perteneces Jin, seras mio hasta que alguno de los dos muera.

Me estremecí sintiendo sus labios besar mi cuello para luego sentir como mordida la zona y succionaba la sangre que botaba de la herida. El éxtasis consumió mi cuerpo y me corrí sin siquiera haberme tocado.
RM se apartó de mi cuello y me dedico una tétrica sonrisa con mi sangre escurriendo de sus labios pintados del mortal carmín, se colocó entre mis piernas abriéndolas y flexionándolas hasta mi pecho, dejando mi rosada entrada expuesta a su prominente miembro —«¡Santa mierda! ¡Me va a partir en dos o voy a parecer Bambi recién nacido mañana!»— Grite para mis adentros, cuando la punta rosada comenzó a presionar contra mi sensible entrada, comencé a rezarle a lo que fuera para que el dolor no fuera tanto, pero conforme se abría paso en mi interior el dolor no tardó en hacerse presente, cuando me acostumbre y comencé a mover mis caderas el placer inundó mi sistema con cada estocada que tocaba mi punto dulce.
El único ruido en el cuatro eran nuestras pieles chocando incesantemente mientras me  deshacía en gemidos y los roncos gruñidos del ardiente demonio. Un par de estocadas después sentí como era llenado por la caliente escénica de RM pera luego volver a correrme en mi abdomen.
Estiré mis piernas y me quedé inmóvil sobre la cama, esperando se normalizara mi respiración cuando RM volvió a besar mis labios, pero ahora con delicadeza mientras acariciaba mi mejilla y jugueteaba con mi cabello entre sus dedos

—Elbiercni sere, baby.

Susurro separándonos por un momento -Aunque no entendí lo que dijo- Para luego seguir recorriendo mi cuerpo con sus labios.

Caí dormido por el agotamiento, pero cuando a abrir los ojos el sol entraba por la ventana y RM había desaparecido, me vestí con un pantalón de chándal y a pesar del insoportable dolor en mi retaguardia empecé a recoger las velas, cuando levante el tablero noté que tenía algo anotado atrás.

«Baby, juguemos de nuevo esta noche»

Noté un sonrojo en mis mejillas mientras abrazaba el tablero con una sonrisa.

—Te estaré esperando diablito.

El viento abrió la ventana, dejando entrar una corriente de aire que recorrió el cuarto hasta llegar a mi, acompañada del sonido de su risa, haciéndome cerrar los ojos, solo para abrirlos al sentir que me besaban delicadamente sosteniéndome de la nuca y la cintura.

—Te dije que serías mío, pero tu lograste tentar al demonio y ahora te pertenezco.

Nos quedamos unos segundos viéndonos a los ojos, los suyos seguían siendo del mismo azul, pero ahora parecían tan cálidos como el sol matutino, lo bese una vez más.

—Te veré esta noche baby, eahgnalas.—Soltó con una leve risa mientras volvía a desaparecer.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2022 ⏰

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The devil temptation [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora