CAPÍTULO 7.

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Ni siquiera pude dormir bien en toda la noche pensando en quién carajo es ese hombre. Si algo me pasa, será mi culpa y lo sé, pero quiero saber por mí misma quién es y si le digo a papá no me va a dejar meterme en nada, no me va a dejar salir y por supuesto va a cancelar mi fiesta de cumpleaños.

• Obvio, es más importante follarte a Jordan, ir a ponerte ebria este fin de semana, tu fiesta de cumpleaños a que un loco psicópata te secuestre o te haga algo. •

Mi yo interior quizá tiene razón. Pero soy más necia que mi segundo yo y no voy a cambiar de opinión. Nada, ni nadie va a arruinar mis planes por nada del mundo. Ni siquiera un estúpido ladrón de celulares.

• Tatuajes, alto, probablemente vaya a estar bueno. Si te secuestra al menos te lo follas. •

Inevitablemente suelto una carcajada.

— Señorita Küchle, ¿Le divierte mi clase?

• Estúpida, estamos en clase. No te rías. Pero si follátelo si puedes. Pero en clase no. •

— Lo siento profesor. — Le dedico mi más radiante sonrisa y asiente.

Solamente quedan diez minutos de esta clase, tenemos una hora libre, dos clases más y se acabó. Pero las dos últimas clases las tengo con Jordan.

— Jordan ha estado muy feliz estos días, ¿Al fin te lo tiraste? — Gera dice con tono burlón mientras estamos en nuestra hora libre. Solo estamos las chicas así que puedo hablar normal.

— Aún no, pero hoy sí. — Les guiño un ojo.

— Lo has hecho sufrir mucho Bella.

— Me gusta hacerlos sufrir, así es mejor. — Meto una papa frita en mi boca. — Lo iba a hacer esperar un poco más, pero estoy molesta con Cameron. Así que voy a pasar toda la noche con Jordan entre mis piernas. — Me encojo de hombros. — Por cierto, le dije a papá que haríamos una pijama en tu casa. — Señalo a Irina con una papa.

— Sin problema Bella. — Mira a las demás chicas. — ¿Y si lo hacemos? Así no será del todo mentira.

— No es mala idea, por si las cosas salen mal con Jordan, tener a donde huir. — Sueltan una carcajada. Aparece una notificación en mi celular de la misma manera que ayer.

• Es el secuestrador, ¡Contéstale rápido! Quizá así no te vaya a golpear cuando te secuestre. •

Dame tú número de celular.

Abro los ojos sorprendida. A mí no me gusta que me den órdenes y eso fue una. ¿Quién se cree que es?

• El ladrón de celulares y posiblemente secuestrador. •

¿Primero te robas mi celular y ahora me das órdenes? ¡Idiota!

Toda esta situación me molesta, quiero saber quién es, pero a la vez no. Si solo hubiera querido robarse mi celular — que eso hizo — solo se lo llevaría, no me buscaría y ya. Pero no. Desbloqueó mi celular, me envía mensajes y me ordena que le de mi nuevo número.

No lo robe. Digamos que solo lo tomé prestado por unos días.

¡Sin mi permiso!

— Bella, ¿Qué pasa? — Levanto la vista de mi celular y todas me miran.

— El idiota que me robó el celular me envió un mensaje ayer y hoy también. Quiere que le dé mi número.

SOY TU PECADO. (BP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora