Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]

Day 22: "Oh baby, I love you pt.3" One shot

Como lo leen... Nuestro querido "Oh baby, I love you" vuelve con tercera parte y más fuerte que nunca. Espero que lo disfruten. Y pendientes, que esto va a estar largo. 

DISCLAMER:

El siguiente One-shot contiene escenas de violencia, muy mal narrada, pero al fin y al cabo violencia, se menciona el tráfico de drogas entre otros delitos como asesinato y secuestro. No busco romantizar absolutamente ninguna de estas actitudes, tómenlo como es, un fan fiction con el mero propósito de entretener. También cabe destacar que no busco distorsionar la imagen de ninguno de estos personajes, es sólo un universo alternativo meramente inventado.

Agarren sus snacks favoritos y acomódense, porque ya comienza lo bueno.

Ahora sí, disfruten de su lectura.

22.En batalla/combate.

Ubicación incierta en Europa. Mansión de máxima seguridad

La bulla del motor del auto negro converge con el del enorme portón sin engrasar. Las piedras del camino salpican por la fricción alrededor de las llantas y al detenerse entre la monumental entrada atiborrada de grandes hombres en negro, emerge del asiento del piloto un peli blanco de expresión extenuada.

De inmediato, aparece un hombre más alto y delgado que él. Jack le arroja las llaves en un gesto familiar y se limita a saludarlo con una sonrisa en los labios, el empleado se apresura a inclinar su cabeza para entrar en el coche e ir a estacionarlo, Jack sigue su camino; En la entrada, dos de los mastodontes custodiándola, asienten en su dirección con semblantes impersonales y escuetos en un intento de saludo.

-Licenciado.- dice uno.

-¿Ella está aquí?- pregunta de vuelta y ambos niegan.

-Ocurrió un percance y tuvo que ir personalmente a resolverlo.- Jack esconde los labios dentro de la boca, humedeciéndolos con la lengua mientras miraba al suelo.

-¿Tiene que ver con el señor Hades?- pregunta, aunque ya conoce la respuesta que le darán.

-No tengo permitido darle esa información, señor.

Ahí estaba de nuevo.

Comprendía el temor de Elsa, comprendía el riesgo que corrían al ser pareja y lo aceptó todo en nombre del amor. Era obvio que no era una cuestión de confianza, porque ella siempre tuvo un radar de ineptos que se ocupaba de eso, tenía que ver con su seguridad, pero eso lo hartaba.

Era estresante, por no decir aterrador, nunca saber con exactitud dónde, con quién y qué estaba haciendo Elsa. Siempre lo mantuvo al margen de todo lo implicado con el negocio, dejándolo en una especie de área gris donde no sabía como proceder si a ella llegase a pasarle algo, aunque estaba seguro de que incluso ya Elsa habría planeado un protocolo para eso. Era como una madre forrando en plástico cada superficie peligrosa para un niño curioso, propenso a lastimarse con facilidad. Pero era ahí donde el problema radicaba, Jack no era un niño, no era nada inocente y comprendía más de la mitad de las conversaciones que Elsa mantenía frente suyo con otros líderes de mafia jurando que él no iba a entender nada de lo que decían. Sabía que su prometida era buscada, sabía que su cabeza tenía precio y que la de él, por consecuencia, también. Pero era capaz de manejar cierta información solo, y creía que lo más sensato era que se le permitiera saber al menos el paradero exacto de su novia, sólo con el fin de no enloquecer de la angustia.

Pero se ahorra el discurso, y asiente en silencio entrando a la casa. Donde la frialdad de los robustos pasillos lo reciben con un eco inquietantemente familiar.