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No, no tengo que sufrir yo para poder decirte que vivo en un mundo de mierda, las niñas de 11 años se embarazan, otras mueren solo por salir a la calle, los estudiantes odian las instituciones de aprendizaje, ya lo sabemos, aprender, recitar, olvidar.
La ansiedad y la depresión se volvieron amigas de miles de adolescentes, viven asechando, nos buscan y nos lastiman.
El insomnio me aturde por las noches junto a mis pensamientos que jamas me dejan escapar.
Escribir jamás fue algo tan necesario.
Las declaraciones no son lo mismo, jamás sabremos si creer de verdad o tenerles miedo.
Nos juzgan por decidir a quien queremos amar o por cómo queremos ser.
El trabajo no es seguro para aquellos que lucen tatuajes o perforaciones.
¿A caso no perforan las orejas de las bebés al nacer?

¿Que cambia si están en las orejas o en el ombligo?

¿Que las cicatrices no son iguales a los tatuajes?
Marcan un momento, no cicatrizan, se quedan en nuestra piel para siempre.

Los chicos y las chicas están cansados que esconder el dolor, las inseguridades.
La ropa dejó de ser una simple prenda y se convirtió en una de las peores enemigas, mis amigas dejaron de vestirse como les gusta, escondiéndo sus brazos marcados debajo de grandes mangas, los chicos se sienten insuficientes porque los estándares que las chicas quieren para novios son irreales.

Nos criticamos y odiamos antes de aceptarnos y amarnos.

Los momentos de amor, que la mayoría sueña con vivir son escenas de películas, irreales y ridículas, son demasiado específicos.
Mientras algunos pocos sólo soñamos con caminar mientra nos mojamos en la lluvia, en admirar las estrellas, en combinar las risas mientras nos amamos.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2021 ⏰

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