Probé tus labios, solo por maldad…
Eran cuarto para las doce. En un día de invierno en la ciudad de Londres que dejaba las calles repletas de ligeros copos de nieve. En un departamento donde Paul esperaba a los chicos o mejor dicho a uno de ellos, para salir directo al aeropuerto para comenzar un mini tour por todo el continente americano.
–¿Alguien podría ir a despertar a Liam?
––Yo no puedo
.–Yo menos, estoy tratando de ganarle a Lou.
–¿Louis?
–No, yo no voy, que vaya Zayn.
–¿Pero porque yo?
–Zayn deja de mirarte en el espejo, ve y despierta a Liam.
–El despertador de Li sonó hace una hora, deja que trate el despertador una vez más, Paul.
–Deja de ser infantil y ve.
–Está bien. Zayn maldijo entre dientes mirando de mala gana pero divertida al mayor y maduro de todos los que estaban en el living.
Antes de caminar se echó una vista más al espejo y noto por sobre el espejo la mirada penetrante de Paul. Giro los ojos y se alejo pasando por el frente de Paul y le dio un zape en la cabeza a Louis y rió al ver que lo había distraído y haberle dado oportunidad al rulos de ganar.
Pasó el living y con un silbido de una de sus canciones favoritas se introdujo al pasillo mirando todos los reconocimientos y discos de oro que habían aceptado por ser una de las mejores “Band Boy” del mundo.
Llego a la tercera puerta del pasillo y toco levemente para ver saber si Liam ya se había levantado. Se encogió de hombros al no recibir ninguna respuesta y giro la perilla para entrar a la pieza. Metió su cabeza un poco y sonrió al mirar entre las sábanas al castaño.
Entró de lleno y cerró la puerta tras de él notando la ropa del ojimiel regada por toda la habitación, la cual también compartía con el rubio de la banda. Hecho rápidamente una mirada al lugar y se acerco del lado izquierdo de la cama para ver el rostro de su querido amigo sobre salir entre las cobijas. Su nariz estaba roja y eso le daba gracia al pelinegro, parecía a Rodolfo él reno. Su sonrisa no desaparecía de su cara, era algo que sin saber la razón, el castaño hacia efecto en él.
–Liam… – susurró el ojimarrón cerca de su rostro haciendo que la respiración pacífica del adormilado chocara en su cara.
– Liam despierta, tenemos que irnos.
Zayn se quito de aquella posición que había tomado para susurrarle su nombre. Puso sus manos en su cintura tratando de ver la manera de despertar al ojimiel de aquel profundo y hermoso sueño. Miró por toda la habitación alguna posibilidad, e incluso se le había pasado por la cabeza, arrojarle una cubeta llena de agua helada. Pero de inmediato se negó ante aquella idea, era algo arriesgado para la salud de Liam en pleno invierno. Suspiró rindiéndose y camino hacia la puerta para que sin ningún resultado Liam siguiera durmiendo.
Pero de pronto en el rostro de Malik se dibujo una sonrisa traviesa y llena de un poco de maldad.Se volvió acercar al borde izquierdo de la cama, acercando su rostro muy pegado al del ojimiel, puso sus manos en sus rodillas flexionadas e inhaló aire para poder hacer semejante cosa que se le había pasado por la cabeza. Pero estaba seguro que con lo que iba hacer, Liam despertaría. Si o si.
“Sorry Liam, pero si no despiertas ahora, no despertarás en mil años” pensó el moreno.
Se relamió los labios y cerró los ojos fuertemente, pero luego pensó que nada más sería un leve roce y aflojo sus ojos. Pero quería ver la reacción de Liam al despertar, así que los abrió y se fue juntando más a aquellos labios medio rosas y entreabiertos que tenía el ojimiel. Le dio tiempo de mirar cada rasgo de su lindo y perfecto rostro antes de hacerlo. Un brazo lo quito de su pierna y lo apoyo sumiendo un poco una parte de la cama, así tenía más espacio de plantarle semejante beso. Sus labios chocaron con los fríos labios del ojimiel y aquella sensación maravillosa, se hizo presente en algún lugar del cuerpo de Zayn. Abrió los ojos sorprendido y no dudo de encajar a la perfección sus labios con los del ojimiel, moviéndolos en espera a que Liam los aceptara.