Capitulo dos

11.1K 859 1.2K
                                    

Tu familia, Los Krueger eran conocidos por las féminas de aquel apellido. Eran grandes, musculosas y con rasgos masculinos. Las únicas  en aquel linaje que portaban una imagen angelical-para tu buena suerte- eran tu tía Biscuit y por supuesto tu. Aunque lo tuyo era natural por esa razón eras la favorita de tu tía, le parecías tremendamente adorable. Y no solo eso, contenías un poder increíble tanto que la rubia te empezó a enseñar a como utilizar tu nen.

Antes de que ella se fuera y tu escaparas de tu casa, te menciono que iría en busca de un videojuego llamado Greed Island y de una tarjeta llamada Planeta azul.

Era ridículo. 

¿Te dejo por una estúpida carta de un juego? Definitivamente la buscarías y le darías una patada por haberte abandonado. Claro, si se dejaba...

Por eso estabas en aquel Coliseo del Cielo, necesitabas dinero y hospedaje mientras investigabas y de paso te hacías mas fuerte, te dificultaba obtener información por no ser cazadora profesional pero ya estabas decidida a ir en busca de esa mujer traicionera.

Por ahora te divertirías jugando con aquel odioso albino. Te daba gracia como hacia sus pucheros de enojo, debías admitir que era atractivo pero no era tu tipo.

—¡Hey, mariposita! Al fin saliste de tu escondite— te burlaste del albino mientras te sentabas a su lado, su amigo estaba apunto de pelear con Gido. Un hombre bastardo que buscaba peleas con los "novatos". El quiso hacer de las suyas contigo pero le amenazaste con patearle las Joyas reales si te tocaba un cabello. La multitud estaba loca y tú aprovecharías al máximo para molestar a Killua.

El ojiazul chirrió sus dientes de molestia, bajo sus ojos habían unas grandes ojeras; cortesía de tu parte.

—¿Ya no te basta molestarme en la madrugada que ahora quieres joderme todo el día? —resopló enojado— piérdete.

—No sabia que eras tan delicado, de haberlo sabido hubiera dejado a la nena dormir—hiciste un puchero aguantándote las ganas de reír, ya podías ver el humo saliendo de las orejas del chico.

—Tch. ¿Que puedo decirte sin que te ofendas? Pues aquí la nenita eres tú.

—Bueno, esta nenita te pateo el trasero y te lo seguiría pateando cuantas veces quiera.— ese comentario saco de quicio al muchacho.

—Si no te golpeé aquella ocasión fue por pura bondad, te deje pegarme— rodaste los ojos. Ahí estaba de nuevo. —Ahora no puedo jugar contigo pero en otra ocasión con gusto te devuelvo el favor.

—¡Oh, vamos! Ni siquiera podrías tocarme empezando la pelea.

Sonrió gatuno.

—Podría tocarte ahora si eso es lo que quieres .—

Alzaste una ceja confusa. Entonces te diste cuenta del trasfondo de aquellas palabras.

—Y-yo... no q-quise decirlo de e-esa forma —tartamudeaste con los nervios floreciendo y colocaste tus manos en tu mejillas. Mocoso pervertido...—Idiota...

Mierda. Estabas hirviendo de la vergüenza. Killua desvió su mirada y carraspeó burlándose de ti. Demonios. Si Killua no hubiera actuado de esa manera ni te hubieras dado cuenta de lo mal que sonó, te considerabas de lo las pura. Te comportaste de la misma manera y volteaste.

—Vaya, si hubiera sabido que con palabras atrevidas cerrarías la boca hubiera empezado hace tiempo a decirlas. —hablo satisfecho con tu silencio. Aquello te tomo desprevenida. —Quizás debería ser mas frecuente.

—Primero que nada, ponme un dedo encima y me encargare de cantes con los peces.

Se carcajeó

—Creo que Gon tiene razón. —suspiró

¡Eres Ruidosa! [Killua Zoldyck x tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora