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-Definitivamente estás loca Danna.-Comentó su amiga mientras la ayudaba a vestirse.
¿Y ahora por qué Mariana?-Preguntó mientras se veía al espejo.
-¿Cómo vas a salir con él si solo lo has visto por videollamada?
-¿Y eso que tiene?-Preguntó mientras se colocaba el labial rojo en los labios.
-Danna, ese tipo puede ser peligroso.
-A ver Mariana.-Pronunció volteándose hacia ella.-Nos vamos a ver en un restaurante dónde hay muchísima gente, no soy tonta como piensas.-Rueda los ojos.-Además, ya estoy bastante grandecita como para que me digas que hacer y no.-Tomó su bolsa y suspiró.-Bueno ya, quita esa cara. Deséame suerte.
-Suerte.-Danna la abrazo en forma de despedida y salió. En cuánto llegó al lugar lo buscó con la mirada y ahí lo vio sentando esperándola.
-Buenas noches señorita.-Sonrió el mesero.-¿Tienes reservación?
-El señor López me espera.
-Oh, por supuesto. Acompáñeme.-Sonrió y caminó junto a ella hacia la mesa. Al llegar a la mesa Jorge giró su cabeza hacia la izquierda y sonrió al verla. Se puso de pie y al tomar su mano depositó un beso en sus nudillos.
-Eres más hermosa en persona.-Sonrió.
-Tú también luces muy bien en persona.-Le sonrió nerviosa.
-Permíteme.-Se acercó a la silla de danna retirándola y ella se sentó. Comenzaron a hablar sobre todo un poco, a conocerse mejor y ver que era lo que ambos querían. Dos horas después decidieron caminar por las calles frías de Madrid.-¿Tienes frío?-Preguntó a lo que Danna asintió. Jorge se detuvo y se quitó la chaqueta para dársela.
-Pero...te dará frío a ti.-Jorge negó y la tomó de la mano a la vez que las entrelazaba.
-¿Sabes?-Preguntó mientras caminaban.
-¿Qué?-Sonrió.
-En estos meses que hemos hablado por videollamada sirvieron de mucho porque ahora te veo...siento que te conozco de toda la vida y eso me gusta mucho.-Danna sonrió. En eso se detuvieron en un mirador. Danna volvió a sonreírle y se animó a hablarle.
-¿Cumplí tus expectativas o esperabas a alguien mucho mejor que yo?-Jorge negó animándose a tocarle la mejilla.
-Eres mucho mejor de lo que pensé.
-¿De verdad?-Jorge sonrió y se fue acercando a ella.
-Solo me falta una cosa por averiguar.-Pronunció viéndole los labios.
-¿Qué cosa?-Preguntó inocente.
-Tus besos.-Miró sus ojos.-Me encantaría probar tus besos.-Danna guardó silencio y dejó que el viento inundará sus oídos, comenzó a acercarse a Jorge y dejó que la besara.
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-¡Mariana!-Gritó Danna una vez que llegó.-No sabes, es que wow.-Pronunció emocionada.
-Danna, ¿ya viste la hora?-Preguntó restregándose los ojos.-Es la una de la mañana.
-Perdón, es que no quería esperar hasta mañana para contarte.
-Bueno, está bien, cuéntame.
-Es demasiado lindo Mariana, no sabes lo bien que la pasamos.
-¿De verdad?-Preguntó contenta al ver la felicidad de su amiga.