Capítulo 42.

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Diamantes oscuros.

Capítulo 42.
Dedicado a Yare Malik.

Creo que había subido como mínimo dos kilos. Y eso si no cuentan el resto de los dulces que quedaban en mi bolso.

El cumpleaños de Ronan, sí había sido el veintidós de enero. Y claramente, Liam le había hecho una fiesta de locura total. Creo que jamás había visto una fiesta infantil tan lujosa, ni siquiera en esos programas de niños ricos y malcriados de MTV. Ronan había estado corriendo con todos sus amigos, jugando y pasando un rato increíble, incluso me sonrojé cuando uno de ellos me preguntó si era su mamá.

-Cuatro años suena bastante viejo, amigo mío- Liam lo miró con preocupación fingida y Ronan giró su vista hacia mí.

-¿Puedo conducir?

-No.

-Vale, entonces no soy viejo- se ríe y corre hacia su cuarto de juegos.

-Oye- me mira, sin rastro de molestia, justo como me encanta.

-¿Qué pasa?- le sonrío abiertamente, ignorando el ceño fruncido que se está formando en su bonita cara.

-¿Me vas a dar la dirección del lugar en el que vives?- acaricia suavemente mi barbilla.

-No- le guiño el ojo-, eres un tramposo. No te la daré, ya te lo he dicho.

-¿Por qué?-  besa el camino que ha dibujado con sus suaves manos.

-Porque eres un acosador y me asustas- me río debido a las cosquillas.

-¿Quieres que te ignore?- levanta la mirada y yo miro hacia otro lado.

-No realmente- ¡Quiero toda tu maldita atención!

-Bueno, dime en dónde vives.

-No, qué insistente eres, Payne- gruño.

-Bien, te he respetado porque las mujeres necesitan su espacio, pero que tengas claro que mi empresa es de investigación también, y no te gustaría ver lo que puedo lograr con una llamada- levanta la ceja y yo me quedo sin respirar.

-Ve a buscar ayuda- mi risa es tan fuerte que él está con el ceño tan fruncido que puede explotar.

-¿Te estás burlando de mí?

-Sí- abre la boca y sé que es hora de correr.

-¡Vuelve aquí!- está riendo como un chico de veinticuatro años y yo me siento orgullosa de mí, hasta que sus manos están por todo mi cuerpo.

-¡Detesto las cosquillas!- me jalo.

-No me interesa- se encoge de hombros y continua la tortura.

-Quiero llorar, no son divertidas.

-¿Quieres llorar de tristeza?

-De rabia.

-Luna, eres tú quien necesita ayuda- me abraza.

-¿Me ayudarías, Liam Payne?

-No.

-Eres un idiota- golpeo ligeramente su pierna y él se ríe.

-Señor- me suelta y ambos miramos al hombre parado frente a nosotros.

-¿Qué ocurre?- pregunta, levantándose rápidamente.

-Ha llegado un código- Liam asiente y me mira.

-¿Quieres venir?- asiento, encantada de ser parte de esto.

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