Hyunjin había cancelado todo lo que tenía en su agenda para ese día. Luego de hablarlo con Yeji como intermediaria entre él y Jeongin hasta que él pudiera verlo sin tener la necesidad de querer insultarlo o golpearlo. Estaba en una crisis consigo mismo por culpa de Jeongin porque su panorama respecto a su relación cambió en un abrir y cerrar de ojos con la noticia de que tenían un hijo que le fue negado durante cinco años.
Tomó una bocanada de aire y luego de estar vestido de una forma casual, queriendo verse ridículamente bien para el niño que viene en camino con su hermana, se sujetó el cabello con una coleta. Estaba temblando y no paraba de beber agua, las ansias estaban metidas por debajo de su piel y sentía que se asfixiada por un cigarrillo en ese momento pero no quería oler a tabaco cuando tendría un niño pequeño con él.
¿Y si no le caía bien a Bae?
¿Si lo miraba con un rostro estupefacto al verlo como un total desconocido?
¿Si no avanzaban en su relación como padre e hijo?
Cuando oyó pasos atravesar la puerta, se tensó aún más. Se quedó estático esperando a que Yeji y Bae llegaran hacia la sala.
—Esta es mi casa, Bae. Puedes venir cuando quieras. ¿Estás bien?—le preguntó Yeji a su sobrino algo preocupada de que esté estuviera en un lugar desconocido pero, Jeongin le había dicho que estaba acostumbrado a ir a diferentes lugares. Chan, Seungmin, Jisung y Minho solían llevárselo, incluso a sus trabajos.
—Es linda, tía Yeji.—dijo el menor y ella lo tomó de la mano para continuar caminando. Hyunjin los vio a ambos y trató de relajarse
—Ahí está Hyunjin, mi hermano...
—Mi otro papá.—interrumpió Bae. A Hyunjin se heló la sangre y Yeji se limitó a sonreír. Jeongin jamás le había negado la existencia de ambos, Bae sabía todo acerca de ambos hasta donde tenía conocimiento. Incluso tenía las fotos vergonzosas que le había sacado Yeji durante su corto noviazgo cada vez que los pillaba juntos. Supo que sus padres se habían querido mucho y Jeongin había transformado ese amor en algo más puro para brindárselo en creces.
El niño de cinco años se acercó a él sin temor, ni timidez, ni pudor. Hyunjin boqueaba palabras sin voz al aire con el pecho comprimido de mil emociones desbordante. Vio hacia abajo como se quitaba su mochila pequeña como él y cuando abrazó las largas piernas de su padre, Hyunjin estalló en llanto. Yeji también lloró sin poder contenerse ante la imagen, padre e hijo se estaban conociendo por primera vez. No hubo ecografías que Hyunjin haya visto antes de que naciera, ni había visto su rostro pasar por cambios hasta llegar a la edad que tenía pero ahí estaban juntos ahora. Hyunjin sentía, cuando se fue sobre sus rodillas para abrazar al niño, que se estaba abrazando a sí mismo al tener entre sus brazos algo que era tan suyo como jamás lo había sido nadie ni nada. En un hombro tan pequeño donde ni su cabeza cabía se limitó a recordar la razón por la que había amado a Jeongin y era porque desde el fondo de su ser siempre supo que ese mocoso desaliñado hippie de vida insana le daría todo lo que él pensaba jamás podría anhelar. El amor inundó las cuatro cavidades de su corazón sintiendo manos tan pequeñitas contra su pecho firme. No había podido ver ni su rostro bien aún pero no hacía falta que lo hiciera porque alguna vez había fantaseado infantimente una familia con Jeongin y sabía perfectamente que sus hijos serían la mismísima cara del amor que se habían predicado en el corto plazo que lastimosamente les tocó vivir.
—Eres tan lindo.—olía a Jeongin y eso le hizo sentirse mal porque traerlo a su mente le recordaba como lo había tratado la última vez que lo vio. Tenía que disipar ese odio y rencor que lo estaba tragando por el simple amor que se le escapaba por los poros del alma al tener a su hijo con él en este momento. Bae no merecía que el resintiera de esa forma a Jeongin.
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»Children Of Fame« [Stray Kids]
FanficLos niños bien pueden ser caprichosos, soberbios, envidiosos y ambiciosos. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan sentimientos. Al fin y al cabo, viven sonriendo frente a las cámaras como adornos para sus padres. Ser famoso no significa sólo...